Radón residencial y cáncer de pulmón

 

 

Museo al aire libre con esculturas de granito (Los Santos, Salamanca),. Fuente de radón residencial, primera causa de cáncer de pulmón en nunca fumadores.

En terrenos graníticos, como el de los Santos (Salamanca) se producen emanaciones de radón, que, cuando se acumula en la vivienda, representa la primera causa de cáncer de pulmón entre nunca fumadores y segunda en fumadores, después del tabaco.

 

Introducción

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la inhalación de gas radón residencial representa la segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaco, y la primera en nunca fumadores. Además, la asociación de ambos factores incrementa ostensiblemente el riesgo de este tumor maligno (1). Por este motivo, en el último Código Europeo contra el Cáncer (octubre de 2014) se aconsejó a los ciudadanos que evitaran concentraciones excesivas de este gas radiactivo en sus domicilios, empleando métodos fiables de medición y estrategias efectivas para reducirlo cuando sus niveles sobrepasen un determinado umbral. (2)

Conceptos básicos sobre la exposición al radón residencial

¿Qué es el radón?

El radón es un gas insípido, incoloro, e inodoro, que procede de la desintegración radiactiva natural del uranio, presente en suelos y rocas, como las de granito. Este gas noble emana fácilmente del suelo para pasar al aire, donde se desintegra en una serie de productos radiactivos, denominados progenie del radón, como el Polonio-218 y el Polonio-214, los cuales emiten en su descomposición radiación alfa, que al ser inhalada llega hasta las células del epitelio pulmonar. Pues bien, la inhalación prolongada de estos descendientes del radón puede causar finalmente cáncer de pulmón.

¿Cómo se expone el ser humano al radón?

El radón se encuentra en casi todo el aire, por lo que las personas lo inhalan diariamente. Sin embargo, el radón se diluye rápidamente en el aire libre, donde su concentración es tan baja que prácticamente resulta inocuo.

Lo realmente peligroso es el radón residencial, esto es, el que tenemos en el hogar, dado que es donde se alcanzan las exposiciones mayores. Pero, ¿de qué depende la concentración de radón de una vivienda? Pues según el conocimiento científico actual, de los siguientes factores o aspectos:

– De la geología local, esto es, de la cantidad de uranio que contienen las rocas y el terreno del subsuelo, de las cuales emanará el citado gas radiactivo.

– Del acceso y vías que favorecen la exhalación o entrada de este gas al interior de la vivienda.

– De la capacidad de intercambio de aire entre el interior y el exterior que, a su vez, depende del tipo de construcción, de la estanqueidad o grado de aislamiento del edificio y de los hábitos de ventilación de sus habitantes (3).

Mapa de exposición al radón en España

El Consejo de Seguridad Nuclear ha elaborado un mapa de radón residencial, en el que han participado las Universidades de Santiago de Compostela, de Cantabria y la Politécnica de Barcelona, donde se aprecia que las áreas de mayor concentración corresponden a Galicia, la Comunidad de Madrid, el sur y el oeste de Castilla y León y el norte de Extremadura.(4) Se trata de zonas de suelo silíceo donde predominan rocas graníticas, ricas en uranio (5 ppm de Uranio238 ), a partir del cual se generará radio (R226 ) que, a su vez, liberará radón.

Se trata de un mapa orientativo, elaborado a partir del mapa MARNA de radiación gamma ambiental, de validez contrastada experimentalmente, pero que nunca sustituirá al indicador más fiable: mediciones directas de radón en las viviendas.

Este mapa distingue tres categorías: baja (0), media (1) y alta (2), según la probabilidad de hallar en la superficie viviendas con concentraciones de radón superiores a los 300 becquerels por metro cúbico de aire (Bq/ m3 ), considerado como nivel de referencia. Así, en las áreas de categoría (0), tal probabilidad es inferior al 1%, superando al 10% las zonas de categoría (2).

Llegado a este punto será bueno referir que el becquerel es la magnitud con la que medimos cualquier elemento radiactivo, indicándonos el número de desintegraciones por segundo del núcleo atómico, en este caso, del radón.

Mapa de exposición al radón residencial, primera causa de cáncer de pulmón en nunca fumadores, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear. Puede verse que Galicia es la zona con mayor exposición a este gas radioactivo, seguida de EXtremadura, sur de Castilla y León…

Vías de acceso y exhalación de radón al interior de la vivienda

Este gas radiactivo, más pesado que el aire, alcanza las concentraciones más elevadas en los sótanos, bodegas y otras áreas estructurales que están en inmediato contacto con el terreno. Aprovecha cualquier resquicio para penetrar en la vivienda, atravesando los forjados, soleras o muros o pasando a través de  grietas en el suelo o en la unión del piso con las paredes, espacios alrededor de cables o tuberías, por los sumideros y desagües, así como por pequeños poros en las paredes edificadas con bloques de hormigón huecos.

Es fácil entender que este gas difunda fácilmente desde lugares de mayor concentración, como el subsuelo, donde continuamente está emanando, hasta lugares de menor concentración, como el interior de la vivienda. Basta con que haya poros, fisuras o grietas para que exhale o entre al interior.

También intervienen movimientos de convección, esto es, a favor de un gradiente de presión, como la que puede haber entre la existente en el sustrato donde se halla el radón y la de la atmósfera y el interior del edificio.

Por otra parte, las condiciones meteorológicas modifican las concentraciones de radón, especialmente los cambios de presión atmosférica (a mayor presión menor concentración de radón), las lluvias y humedad (tienden a reducir la concentración de este gas), los vientos y la temperatura.

Efectos biológicos de la exposición al radón

El radón en su desintegración genera dos emisores de radiaciones alfa, el Polonio 218 y el Polonio 214, los cuales tienen una vida media muy corta (tres minutos y menos de un segundo, respectivamente) así como una mínima capacidad de penetración (47 y 70 micras respectivamente). Sin embargo, las partículas alfa pueden causar un daño muy notable en los tejidos expuestos debido a su alta efectividad biológica relativa (EBR), mucho más que las partículas beta (electrones) y gamma (fotones). Efectivamente, lo que realmente hace extremadamente peligrosas a las partículas alfa es su gran capacidad de liberar y depositar grandes cantidades de energía al atravesar la materia, a pesar de su escasa capacidad de penetración tisular. De esta forma, dañan más fácilmente al DNA (mutaciones, aberraciones cromosómicas…) y generan mayor estrés oxidativo en el epitelio respiratorio, lo que incrementa mucho el riesgo de cáncer de pulmón.

Las crecientes evidencias científicas sobre el efecto carcinogénico del radón residencial fueron respaldadas por la OMS, en 1987, declarándolo como un auténtico carcinógeno humano. Un año más tarde, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA o USEPA) también lo consideró un verdadero carcinógeno pulmonar.

¿Cuál es la concentración de radón con efectos carcinogénicos?

Actualmente se desconoce una dosis umbral de radón residencial por debajo de la cual no haya riesgo de cáncer de pulmón. Parece que incluso concentraciones muy bajas pueden conllevar un cierto riesgo de cáncer de pulmón. No obstante, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) estableció una concentración umbral de 148 Bq/m3. Posteriormente, la OMS, en base a recientes hallazgos científicos, estableció en el 2009 una concentración umbral de 100 Bq/m3 .

La Unión Europea publicó el 17 de enero de 2014 la directiva 2013/59 EURATOM, en virtud de la cual se establecieron los niveles límite de radón para domicilios y lugares cerrados: 300 Bq/m3 de exposición promedio anual. Además, advirtió a los Estados Miembros que deberían tener en cuenta en sus Códigos Técnicos de Edificación el problema del radón y, por ende, asumir estrategias para solucionarlo. Se dejó un periodo de cuatro años para que los estados europeos implicados llevaran a efecto estas indicaciones.

Cáncer de pulmón y radón: estudios epidemiológicos más relevantes 

Aunque el tabaquismo activo es la principal causa de cáncer de pulmón en el mundo, en nunca fumadores también se observan casos de cáncer de pulmón: de un 15 a un 25%.(5) Como referíamos al principio del artículo, la exposición al radón residencial representa la segunda causa de este tumor maligno, tras el tabaquismo, siendo la primera en nunca fumadores.(6)

Los primeros estudios que revelaron una relación entre el radón y el cáncer de pulmón se basaron en los hallazgos en mineros de diversas partes del mundo, usualmente los que laboraban en minas de uranio. Así se multiplicaron, a lo largo del siglo XX, estudios de origen diverso: alemanes, norteamericanos (EEUU), franceses, checos… Sin embargo, estos estudios mostraban cierta heterogeneidad, además, de efectuarse en minas, donde era más difícil controlar ciertas variables de confusión, como la exposición concomitante con otros posibles carcinógenos como sílice y productos arsenicales.

Con respecto a los efectos carcinogénicos del radón residencial, la Academia Nacional de las Ciencias de los Estados Unidos publicó en 1999 el famoso informe BEIR VI ( Health Effects of Exposure to Radon), en el que los responsables del mismo, empleando modelos matemáticos, constataron un riesgo de cáncer de pulmón lineal (dosis-respuesta) y proporcional a la concentración de radón residencial. También afirman que el tabaquismo, principal causa de cáncer de pulmón, asociado al radón residencial potencia notablemente el riesgo y, por tanto, el efecto (sinergismo por potenciación).(7)

Veinte años antes del informe BEIR VI se publicó en Suecia el primer estudio que reveló una relación entre el radón residencial y el cáncer de pulmón, motivado por la observación de un incremento de las concentraciones domésticas de este gas radiactivo como consecuencia de la construcción de viviendas con más estanqueidad, con objeto de conseguir un mayor ahorro energético. (8)

En las siguientes décadas se multiplicaron los estudios epidemiológicos observacionales, de casos y controles, que, a pesar de cierta heterogeneidad, siguieron revelando una asociación causal entre la exposición prolongada al radón residencial y el cáncer de pulmón. Bien es cierto, que la mayoría de ellos se efectuaron con fumadores o exfumadores, siendo muy pocos los realizados exclusivamente con nunca fumadores.

Así ha sucedido con los grandes estudios combinados de Europa y de EEUU, ambos publicados en el 2005. En las siguientes líneas intentaré resumir los hallazgos fundamentales de los mismos.

El estudio europeo fue un análisis cooperativo de trece estudios de casos y controles en los que evaluaron posibles asociaciones causales entre el radón residencial y el cáncer pulmonar, con participación de nueve países europeos. De esta suerte, compararon 7.148 casos de cáncer de pulmón con 14.208 controles. (9)

Las conclusiones del estudio fueron muy contundentes: relación lineal (dosis-respuesta) entre el grado de exposición al radón y el cáncer de pulmón, traducida en un 16% de incremento del riesgo de desarrollar este tumor maligno por cada aumento de 100 Bq/m3 de radón residencial. Además, también revelaron un riesgo superior en fumadores con respecto a nunca fumadores, indicando un efecto potenciador del tabaco con el radón.

Si analizamos el subgrupo de nunca fumadores, con 884 casos y 5.148 controles, también  apreciaremos una relación lineal entre el citado radón residencial y el riesgo de cáncer pulmonar: un aumento del 10,6% en la probabilidad de desarrollar este cáncer por cada incremento de 100 Bq/m3 en la concentración de radón en los hogares.

La concentración media de radón en los hogares de los europeos que constituyeron el grupo control fue de 97 Bq/m3, pero en un 11% de los mismos se alcanzaron concentraciones superiores a 200 Bq/m3 , teniendo un 4% de las viviendas concentraciones de radón superiores a los 400 Bq/m3.  En los hogares de las personas con cáncer de pulmón las concentraciones medias de este gas fueron de 104 Bq/m3.

El estudio americano se basó en el análisis de 7 estudios de casos y controles, que incluía a 3.662 cánceres de pulmón y 4.966 controles,  en cuyas casas también se midió la concentración de radón mediante detectores fiables (detectores alfa track), observando un incremento lineal del riesgo de un 11% por cada incremento de 100 Bq/m3. Huelga decir que el aparato estadístico empleado fue de gran rigurosidad científica. (10)

En el subgrupo de nunca fumadores, 659 casos y 2.185 controles nunca fumadores, el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón se incrementaba un 10% por cada 100 Bq/m3 de aumento en la concentración de radón residencial.

De estos dos estudios internacionales, el europeo gozó de un mayor poder estadístico porque dispuso de muestras mayores de cáncer de pulmón (7.148 frente a 3.662) así como mayores concentraciones de radón residencial (10% de los hogares con valores superiores a 200 Bq/ m3 frente a un 5% en los estudios de Norte América).

¿Cuál fue la respuesta de la OMS frente a estos hallazgos científicos?

Tras recoger un gran cuerpo de conocimiento científico, la OMS publicó en el año 2009 un “Manual sobre el radón en interiores: Una perspectiva de salud pública” (11), con 110 páginas de contenido, cuyos mensajes claves fueron los siguientes:

– Los estudios epidemiológicos confirman que el radón en las viviendas aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en la población general. No se han demostrado fehacientemente otros efectos del radón sobre la salud.

– Se estima que la proporción de casos de cáncer de pulmón asociados al radón con respecto al total varía entre un 3% y un 14% según la concentración media de radón en el país y el método de cálculo empleado.

– En muchos países, el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco. Es mucho más probable que el radón provoque cáncer de pulmón en personas que fuman o han fumado que en quienes nunca lo han hecho. Sin embargo, entre quienes no han fumado nunca, constituye la principal causa de cáncer de pulmón.

– No se conoce una concentración umbral por debajo de la cual la exposición al radón no suponga ningún riesgo. Incluso concentraciones de radón muy bajas pueden dar lugar a un pequeño incremento en el riesgo de cáncer de pulmón.

–  La mayoría de los casos de cáncer de pulmón inducidos por el radón están provocados por concentraciones de radón bajas o moderadas, y no por concentraciones elevadas, dado que en general es menor el número de personas expuestas a concentraciones elevadas de radón en interiores.

– Se aconseja que la concentración de radón residencial no supere los 100 Bq/m3.

Radón y cáncer de pulmón: estudios españoles

Los estudios españoles de más calado han sido los desarrollados en Galicia, comunidad muy rica en suelos graníticos y, por ende, con grandes concentraciones de radón residencial.

En septiembre de 2002, miembros del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela, dirigidos por Alberto Ruano-Ravina, Adolfo Figueiras y Juan Manuel Barros Dios, publicaron (American Journal of Epidemiology) un estudio de casos y controles, en el que compararon a 163 sujetos afectos de cáncer de pulmón con 241 controles, libres de este tumor maligno. (12)

Las conclusiones más relevantes fueron las siguientes:

– El 22% de los hogares estudiados tenían concentraciones de radón iguales o superiores a los recomendados por la EPA (148 Bq/m3), con un 26,4% para los casos y un 19,4% para los controles.

– Fue el primer estudio que mostró un riesgo de cáncer con concentraciones bajas de radón residencial: 37 Bq/m3. El citado riesgo fue claramente significativo (OR de 2,73 IC 95% entre 1,12 y 5,48).

– Se observó un efecto sinérgico entre el tabaco y la exposición a radón residencial.

Diez años más tarde, estos mismos médicos y científicos gallegos publicaron en una revista de prestigio (Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention) (13) otro estudio de casos y controles, en el que estudiaron a 450 casos y a 550 controles, pertenecientes a dos áreas asistenciales (Santiago de Compostela y Ourense). Obtuvieron resultados parecidos a los anteriores, pues apreciaron un riesgo significativo de cáncer de pulmón en personas expuestas a concentraciones supuestamente bajas de radón residencial, en este caso entre 50 y 100 Bq/ m3: (OR: 1,87; IC de 1,21 a 2,88), aumentando proporcionalmente el riesgo con concentraciones mayores de radón (OR de 2,21 para 148 Bq/ m3).

También se confirmó un efecto potenciador cuando se asocia el tabaquismo con la exposición al radón residencial.

En un análisis de los resultados en personas que nunca habían fumado no se logró demostrar un aumento del riesgo de cáncer pulmonar por la exposición a este gas radiactivo. Aunque se cree que tal falta de asociación se debió a un número muy bajo de casos con cáncer de pulmón nunca fumadores, pues sólo fueron 47. No había, pues, una muestra suficientemente grande para obtener resultados significativos.

Cáncer de pulmón y radón residencial en nunca fumadores del noroeste de España

En octubre de 2014 se publicó en European Respiratory Journal, revista oficial de la Sociedad Europea de Neumología (ERS), un artículo efectuado por científicos españoles en el que valoraron la asociación entre cáncer de pulmón y radón residencial en nunca fumadores. Se trata de un estudio de casos y controles de carácter multicéntrico porque participaron pacientes de todas las áreas de Galicia, reclutados en siete hospitales públicos (La Coruña, Ferrol, Lugo, Pontevedra, Ourense, Santiago de Compostela y Vigo), y de un área de Asturias (Hospital Central de Asturias). Se evaluaron a 521 personas nunca fumadoras, 192 casos de cáncer de pulmón (demostración histopatológica) y 329 controles, de las cuales el 21% fueron varones. (14)

La concentración de radón se midió con detectores alpha-track (CR-39; Radosys Inc., Budapest, Hungary), que se entregaron a todos los participantes junto a instrucciones por escrito y un dibujo que informaba de la correcta colocación del aparato.

Para que un sujeto fuera considerado nunca fumador debía reunir los criterios de la OMS al efecto: uno, no haber fumado más de 100 cigarrillos en toda su vida; dos, no haber fumado más de un cigarrillo diario durante un período máximo de 6 meses.

La doctora María Torres – Durán, neumóloga del Complejo Hospitalario de Vigo (CHUVI), primera firmante del artículo, plasma nítidamente las conclusiones de este trabajo en su tesis doctoral sobre el mismo, como sigue textualmente:

“1) Un elevado porcentaje de viviendas en Galicia presenta unas concentraciones elevadas de radón residencial, por encima de los niveles de acción recomendados por organismos internacionales como la OMS (100 Bq/m3 o la USEPA (148 Bq/m3). En el presente estudio, en el 29,4% de las viviendas de los controles se detectaron niveles de radón residencial> 200Bq/m3.

2) En individuos nunca fumadores expuestos a concentraciones de radón residencial>200Bq/m3 el riesgo de cáncer de pulmón es 2,2 veces superior al de individuos expuestos a concentraciones menores de 100Bq/m3. Si estos resultados se restringen a las mujeres el riesgo aumenta ligeramente, a 2,8 y si se analizan exclusivamente los sujetos que han residido más de 20 años en la misma vivienda el riesgo es de 1,8. En todos los casos el riesgo es estadísticamente significativo.

3) En individuos expuestos a concentraciones elevadas de radón residencial (>200Bq/m3), la exposición a tabaquismo pasivo, medida como convivencia con fumadores incrementa el riesgo de cáncer de pulmón respecto a individuos expuestos a las mismas concentraciones de radón sin antecedentes de convivencia con fumadores.

4) El tipo histológico más frecuente en nunca fumadores expuestos a radón residencial es el adenocarcinoma. En aquellos expuestos a concentraciones superiores> 200Bq/m3 se ha demostrado un riesgo 2,2 veces superior de desarrollar un adenocarcinoma pulmonar que en expuestos a concentraciones más bajas. En los demás tipos histológicos se observa una tendencia a presentar un riesgo similar pero sin que se alcance la significación estadística.

5) No se ha conseguido demostrar una diferencia estadísticamente significativa en las concentraciones de radón en función de la edad a la que se diagnosticó el cáncer de pulmón pero se ha observado que los individuos más jóvenes han sufrido exposiciones más altas a radón residencial que aquellos diagnosticados a edades más tardías, lo que podría sugerir una relación entre el nivel de exposición y el tiempo necesario para inducir el desarrollo del tumor. Será necesario realizar más estudios con un mayor tamaño muestral para poder explicar estos hallazgos debido principalmente a que se diagnostican pocos cánceres de pulmón en menores de 60 años.

6) La mayoría de los casos se han diagnosticado en estadios avanzados y no ha sido posible demostrar una relación entre nivel de exposición y estadio TNM al diagnóstico”.

Lo que podemos colegir de este excelente trabajo es que el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón por parte de personas que nunca han fumado parece requerir concentraciones de radón residencial netamente mayores que las de fumadores o exfumadores (más de 200 Bq/m3 versus37 Bq/m3). Quizá tal hecho tenga mucho que ver con el probado efecto sinérgico del tabaquismo activo con el radón residencial.

Radón residencial y cáncer de pulmón de células pequeñas. Resultados finales del estudio de células pequeñas

En julio del 2022, se publicó (Archivos de Bronconeumología) el primer estudio multicéntrico (de casos y controles) que evaluó el efecto de la exposición residencial al radón sobre el riesgo de cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) en la población general (fumadores y no fumadores). (15)

Los investigadores del estudio, entre los que se hallaba la doctora María Torres Durán, dispusieron de los datos de 9 hospitales de España y Portugal (un hospital de Oporto), en su mayoría de áreas expuestas al radón.

Así, tras analizar un total de 375 casos (incidentes) y 902 controles (el 24,5%, mujeres), apreciaron una asociación estadísticamente significativa entre la exposición al radón a concentraciones superiores a 148 Bq/m3 y un aumento del riesgo del cáncer de pulmón de células pequeñas [Odds Ratio de 2,08 (IC del 95%: 1,03–4,39)], con respecto a exposiciones   inferiores a 50Bq/m3 .

Además, comprobaron que los fumadores expuestos a concentraciones más elevadas de radón (en interiores) tuvieron un riesgo mucho mayor de CPCP con respecto a los fumadores expuestos a concentraciones más bajas de este gas radioactivo.

Aclaremos que el CPCP, el tipo histológico de cáncer de pulmón menos frecuente, es el que está más asociado al consumo de tabaco.

También revelaron un modelo lineal dosis-respuesta, teniendo como referencia una concentración de 100Bq/m3.

Hay que precisar que los participantes vivieron durante más de 25 años en su vivienda habitual.

Los autores del estudio concluyeron su investigación como sigue: “La exposición al radón parece aumentar el riesgo de cáncer de pulmón de células pequeñas, con un riesgo significativo a partir de 148Bq/ m3, con un patrón lineal de dosis-respuesta. El consumo de tabaco puede incrementar notablemente el efecto de la exposición al radón. Así, las personas expuestas a altas concentraciones de radón y los fumadores empedernidos pueden tener un riesgo muy alto de este tipo de cáncer en comparación con sus contrapartes poco expuestas y que nunca fuman. Es necesario aumentar la concienciación sobre el radón entre los ciudadanos y las administraciones para que puedan promover las medidas de protección y mitigación necesarias contra el radón residencial”.

Educar y legislar: lucha contra el radón

Todos estos estudios gallegos tanto los efectuados con fumadores / exfumadores como los desarrollados con nunca fumadores deben servir para concienciar a los ciudadanos sobre los peligros del radón así como llamar la atención a las autoridades comunitarias y nacionales para que la legislación obligue a evitar o, cuando menos, reducir sensiblemente las concentraciones de radón residencial en nuestro país, especialmente en la España silícea, rica en granito, que abarca gran parte del Sistema Central, Galicia, especialmente Orense, y el suroeste de Castilla y León, sobre todo, ciertas áreas de Salamanca, como los Arribes del Duero y la comarca de Ciudad Rodrigo. No hay duda de que en esta parte de España la exposición al radón residencial es un grave problema de salud pública.

Sistemas de prevención y mitigación del radón residencial

Existen métodos duraderos, probados y costo-eficaces capaces de prevenir la filtración de radón en viviendas de nueva construcción, así como para reducir la concentración en las viviendas existentes. A la hora de construir un edificio, debe prevenirse la exposición al radón, sobre todo en zonas geológicas con alta concentración de este gas, que en España corresponderían al área de mayor riqueza en granito, ya comentada anteriormente. Por ejemplo, en Castilla y León las zonas de mayor exposición, según las evaluaciones del Consejo de Seguridad Nuclear, corresponderían a las provincias de Ávila (mitad meridional), Salamanca (los Arribes del Duero y la parte atravesada por el sistema Central) y Zamora (los Arribes del Duero).

Entre las medidas de reducción del radón, de menor a mayor complejidad, destacaría las siguientes:

– La ventilación de la casa es la medida más sencilla y socorrida. Se trata de abrir ventanas y puertas (en chalets, adosados…), a fin de facilitar la salida de radón al intercambiar aire con el exterior que presenta menos concentración que el aire interior. Pero será preciso mantener durante un tiempo prolongado la citada ventilación natural, a fin de que el aire que salga no sea menor que el que entre limpio, pues si no fuera así podría generarse una depresión interior que ejerza una succión de radón procedente del terreno y, en consecuencia, volverían a aumentar los niveles de este último en el interior de la vivienda. Es fácil entender que esta medida choca frontalmente con las de ahorro energético, especialmente en invierno, cuando las bajas temperaturas no animan a ventilar en exceso, que es lo que realmente se debería hacer en estas viviendas con gran exhalación de radón.

– Sellar todas las grietas y fisuras existentes en el suelo y en las paredes.

– Sistemas de extracción natural del radón interior, mediante la colocación de un punto de captación del radón en el terreno conectado a un conducto de evacuación al exterior que funciona como tiro natural. Los puntos de captación pueden ser arquetas permeables enterradas bajo la vivienda que permitan la captura de este gas, cámaras de forjado sanitario a las que se conecta el tubo de expulsión o una simple excavación bajo la solera del sótano en donde se implanta el tubo en vertical hasta la cubierta.

– Sistemas de extracción forzada, cuyo funcionamiento es el mismo que el descrito en el punto anterior, salvo por incorporar un extractor (potencia de 50 a 100 W) para forzar el tiro de evacuación. De esta forma, se consigue que la succión ejercida en el punto de captación sea más intensa y más constante, logrando así evacuar a la atmósfera una mayor cantidad de radón.

– Sistemas de presurización, que invierten el flujo de aire del extractor para insuflarlo en el punto de captación. De esta suerte lo que se genera en la arqueta no es una depresión que capte el gas del terreno y lo expulse al exterior sino un bulbo de presiones positivas en derredor que obliga al gas a recorrer otras sendas para alcanzar la atmósfera.

– Colocar barreras impermeables al radón en las nuevas construcciones, con objeto de evitar que este gas, procedente del terreno, pueda penetrar al interior de la edificación. Por ello se colocarán en todo muro, forjado o solera que esté en contacto con el citado terreno, cubriendo la totalidad de la superficie de contacto. Es obvio que será preciso emplear láminas o membranas construidas con materiales impermeables y resistentes, como el polietileno, el caucho y, sobre todo, materiales líquidos del tipo de poliuretanos y acrílicos, que al catalizar consiguen una perfecta estanqueidad, evitando solapes y aberturas.

Para el que tenga más interés en conocer los sistemas de evacuación del radón residencial le aconsejo que lea el informe técnico (24. 2010) del Consejo de Seguridad Nuclear titulado “Protección frente a la inmisión de gas radón en edificios”, elaborado por Borja Frutos Vázquez y Manuel Olaya Adán, pertenecientes al Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC). Espero que su encomiable trabajo sirva para que el nuevo Código Técnico de Edificación aplique medidas efectivas de prevención y mitigación de este gas. No olvidemos que para el 2018 deberemos cumplir con la reciente directiva de la Unión Europea (2013/59 EURATOM, de 17 de enero de 2014), que obliga incluir en los citados Códigos Técnicos de Edificación estrategias para medir, prevenir y reducir el radón residencial.

Reflexiones finales

Como decía antes, considero fundamental que se asesore y conciencie a la ciudadanía sobre los peligros del radón, especialmente a los habitantes de las áreas de mayor exposición a este gas radiactivo, a fin de que puedan medirlo y reducirlo con las medidas que puedan implementar. Concomitantemente con esta labor informativa y motivadora, las autoridades nacionales y comunitarias deben acelerar la normativa que contemple efectivos sistemas de prevención y reducción del radón residencial tanto en las viviendas existentes como en las nuevas construcciones.

También considero importante que se tengan en cuenta los hallazgos científicos más recientes que nos indican que bastan pequeñas cantidades de radón, especialmente en fumadores, para incrementar sensiblemente el riesgo de cáncer de pulmón.

Aunque dejar de fumar es la mejor medida de prevención primaria para reducir el riesgo de cáncer de pulmón, la siguiente estrategia más efectiva para reducir la altísima incidencia de este tumor maligno consistirá en prevenir concentraciones relevantes de radón residencial.

 

Dr. Félix Martín Santos

 

Bibliografía:

1 WHO. Handbook on indoor radon: a public health perspective. Radon and health. Fact sheet
Updated June 2016

2 European Code Against Cancer: 12 ways to reduce your cancer risk. International Agency for Research on Cancer. World Health Organization. October 2014.

3 OMS. Centro de prensa. El radón y sus efectos en la salud. Nota descriptiva Nº 291. Octubre de 2014.

4 Mapa de Exposición al Radón en España CSN. https://www.csn.es/mapa-de-exposicion-al-radon-en-espana

5 Ferlay J, Shin HR, Bray F, et al. Estimates of woridwide burden of cáncer in 2008: GLOBOCAN 2008 Int J Cancer 2010; 127: 2893-2917

6 US Environmental Protection Agency. A Citizen’s Guide to Radon: The Guide to Protecting Yourself and Your Famyli fron Radon. Washington, US Environmental Protection Agency, 2012. Availabel from: www.epa.gov/radon/pubs/citguide.html

7 Health Effects of Exposure to Radon. BEIR VI. National Research Council. National Academy Press Washington, D.C. 1999

8 Axelson O, Edling C, Kling H. Lung cancer and residency–a case-referent study on the possible impact of exposure to radon and its daughters in dwellings. Scand J Work Environ Health. March 1979;5(1):10-5.

9 Darby S, Hill D, Auvinen A, Barros-Dios JM, Baysson H, Bochicchio F, et al. Radon in homes and risk of lung cancer: collaborative analysis of individual data from 13 European case-control studies. BMJ. January 29, 2005;330(7485):223.

10 Krewski D, Lubin JH, Zielinski JM, Alavanja M, Catalan VS, Field RW, et al. Residential radon and risk of lung cancer: a combined analysis of 7 North American case-control studies. Epidemiology. March 2005;16(2):137-45.

11 Zeeb H. Shannoun F. WHO Hadbook on Indoor Radon: a Public Health Perspective. Geneva, World Health Organization, 2009

12 Barros-Dios JM, Barreiro MA, Ruano-Ravina A, Figueiras A. Exposure to residential radon and lung cancer in Spain: a population-based case-control study. Am J Epidemiol. September 15, 2002;156(6):548-55.

13 Barros-Dios JM, Ruano-Ravina A, Pérez-Ríos M, Castro-Bernárdez M, Abal- Arca J, Tojo-Castro M. Residential radon exposure, histologic types, and lung cancer risk. A case-control study in Galicia, Spain. Cancer Epidemiol Biomark Prev. June 2012;21(6):951-8.

14 Lung cancer in never-smokers: a case–control study in a radon-prone area (Galicia, Spain).  María Torres-Durán, Alberto Ruano-Ravina, Isaura Parente-Lamelas, Virginia Leiro-Fernández, José Abal-Arca, Carmen Montero-Martínez, Carolina Pena-Álvarez, Francisco Javier González-Barcala, Olalla Castro-Añón, Antonio Golpe-Gómez, Cristina Martínez, María José Mejuto-Martí, Alberto Fernández-Villar, Juan Miguel Barros-Dios.  European Respiratory Journal DOI: 10.1183/09031936.00017114 Published 1 October 2014.

15 Radón residencial y cáncer de pulmón de células pequeñas. Resultados finales del estudio de células pequeñas. Ángeles Rodríguez-Martínez, Alberto Ruano-Ravina , María Torres-Durán y cols. Archivos de Bronconeumología, Vol. 58. Número 7. páginas 542-546 (julio de 2022).

 

4 Comentarios

  1. Muy interesante estudio sobre el radón residencial.
    Es un tema que desconocía totalmente.
    Es mi opinión, está muy bien desglosado y tratado.

    Gracias por la información, Dr. Martin.
    Saludos

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  2. Extraordinario trabajo Félix, muchísimas gracias por compartirlo.

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