Prevención de EPOC por el ejercicio físico

Correr (jogging) regularmente puede reducir el riesgo de EPOC,

La práctica regular de actividad física podría reducir el riesgo de EPOC(Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), mitigando la inflamación crónica y daño oxidativo de las vías aéreas inherentes al tabaquismo.

Introducción:

Diversos estudios científicos están revelando que la prevención de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) mediante la práctica regular de ejercicio físico es posible, contrarrestando, así, parte del daño provocado por el tabaco, su principal factor de riesgo.

Aunque lo primero que debemos decir es que la verdadera prevención primaria de esta enfermedad se basa en la prevención y tratamiento del tabaquismo, principal causa de la misma. Para ello disponemos de estrategias seguras y efectivas, que analizamos en un contenido de este blog: Tabaquismo: prevención y tratamiento«.

En otro artículo de este blog comprobamos cómo la actividad física mejora el pronóstico de los pacientes que sufren EPOC, pues reduce las crisis, aumenta la calidad de vida. mitiga el deterioro funcional y disminuye la mortalidad.

Estudios epidemiológicos que sugieren la prevención de EPOC por el ejercicio físico

Ahora, vamos a  ver cómo la prevención primaria de la citada EPOC por parte de la actividad física es más que factible.

Cohorte de mujeres (2002, Jakes y cols.): subir escaleras se asocia con un menor deterioro de la función respiratoria

En el 2002, Jakes y colegas, revelaron en una muestra de la población general, seguida durante 4 años, que las mujeres que subían un número mayor de pisos de escaleras se beneficiaban con una menor reducción anual del FEV1 que las que no se ejercitaban al respecto. De entrada, ya se empezaba a establecer asociaciones entre un mayor nivel de actividad física y un menor deterioro fisiológico de la función.1

Cohorte varones finlandeses (2003): mayor nivel de actividad física menor deterioro función

En agosto del 2003 se publicó un estudio prospectivo finlandés que también reveló cómo el ejercicio físico regular, estimada en kilómetros andados, recorridos en bici o en esquí, se asociaba con una reducción significativa de la pérdida de función respiratoria (FEV 1 y flujos en pequeña y mediana vía aérea).  Así, durante los primeros 10 años se observó que los que se hallaban en el tercil más alto de actividad física perdían 9,8 ml menos al año (FEV1), con respecto a los que se encontraban en el tercil inferior.2

Aunque los autores de este estudio siguieron a una muestra de varones durante un periodo prolongado, de 10 a 25 años (429 y 186 hombres, respectivamente), se dudó que pudieran extrapolarse tan boyantes resultados a la población general, al ser varones del medio rural, acostumbrados a altos niveles de actividad física.

Posteriormente, se publicaron otros estudios epidemiológicos que constataron una asociación entre una menor pérdida anual de función respiratoria (FEV1 y FVC) y un mayor nivel de ejercicio físico regular. 3

Sin embargo, en todos estos estudios el control de otras variables de confusión fue deficiente.

Potencial efecto preventivo de EPOC en fumadores que practican ejercicio físico (García-Aymerich y Antó, 2007)

Uno de los estudios epidemiológicos de mayor relevancia, que evidenció un cierto efecto de prevención primaria de EPOC por la práctica regular de actividad física, fue el publicado en marzo 2007 en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine,4 que fue liderado por dos de los investigadores que más se han significado en este campo, la doctora Judit García-Aymerich y el doctor Josep M Antó, del Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental (CREAL) y del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona.

Estos investigadores, trabajando conjuntamente con colegas suecos y daneses, siguieron durante 10 años a 6790 personas pertenecientes a un estudio longitudinal sueco (Copenhagen City Heart Study), a fin de establecer asociaciones entre el nivel de actividad física (ligera, moderada y vigorosa), función pulmonar (FEV1 y FVC), tabaquismo y otras variables.

¿Cuáles fueron los resultados?

De esta forma, a la conclusión del estudio, obtuvieron unos resultados realmente esperanzadores, pues los fumadores activos que practicaban regularmente actividad física moderada o vigorosa experimentaban una menor pérdida de función anual ( +2.6 and +4.8 ml/año de FEV1P = 0.006, and +2.6 and +7.7 ml/año de FVC, P < 0.0001, para los grupos de actividad moderada y vigorosa, respectivamente). Hecho que sólo se observó en los fumadores activos.

Aunque lo más importante de este estudio observacional prospectivo fue comprobar una asociación entre niveles moderados o vigorosos de ejercicio físico y una reducción del riesgo de desarrollar EPOC entre los fumadores del estudio, cifrado en un porcentaje del 23% versus los sedentarios o los de bajo nivel actividad física. 

Según los autores, el efecto antiinflamatorio inherente a la actividad física regular, observado en estudios experimentales5, podría contrarrestar los fenómenos inflamatorios y oxidantes que operan en el desarrollo de la EPOC en ciertos fumadores susceptibles (en torno a un 20%).

Mejores resultados en pacientes con asma

Otro hallazgo de este notable estudio prospectivo fue comprobar que la citada actividad física (moderada y vigorosa) conseguía resultados más favorables en el subgrupo de pacientes con asma que en los no sufrían esta enfermedad, dado que los primeros ganaban 10 ml/año de FEV1 y 7 ml/año de FVC comparado con el grupo de baja actividad física.

En cambio, los segundos, los que no sufrían asma que practicaban actividad física moderada y vigorosa sólo experimentaban pequeños aumentos anuales del FEV1 y de la FVC: 1 y 2 ml, respectivamente, con respecto a los que practicaban escaso ejercicio físico.

Como era de esperar, el deterioro anual de FEV1 y FVC fue superior en fumadores activos versus no fumadores, al igual que, obviamente, el riesgo de EPOC.

Ejercicio físico, contaminación del aire y riesgo de asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (2016, cohorte danesa)

Ahora vamos a saltar hasta agosto del 2016, a fin de resumir un estudio prospectivo danés que reveló cómo el aumento de la exposición a la contaminación atmosférica durante el ejercicio no supera los efectos beneficiosos de la actividad física sobre el riesgo de asma y EPOC. 6

Los autores del estudio, tras seguir durante 16 años a 53.113 sujetos (50-65 años) de la cohorte danesa de Dieta, Cáncer y Salud, hallaron entre una asociación inversa entre la incidencia de asma y la práctica regular de actividades deportivas, en general (15% de reducción del riesgo) y de ciclismo, en particular (RR: 0,85; IC 95%: 0,75–0,96).

En cuanto a la EPOC respecta, observaron una reducción del riesgo de hospitalizaciones por EPOC entre los que practicaban deportes, en general, así como ciclismo, jardinería y caminar: 18%; 19%, 12% y 15%, respectivamente.

Los beneficios a largo plazo de la actividad física en la prevención del desarrollo de asma y EPOC en sujetos de edad avanzada superan los riesgos asociados con la exposición a la contaminación del aire”, concluyeron los autores.

Compensación riesgo/beneficio de la actividad física habitual y la contaminación del aire en la enfermedad obstructiva pulmonar crónica: hallazgos de un gran estudio de cohorte prospectivo

Febrero del 2022 alumbró (BMC Medicine) un excelente estudio prospectivo, de autoría china, que cosechó fructíferos resultados para los amantes de la actividad física: reducción del riesgo de EPOC incluso en ambientes contaminados. 7

Los autores del estudio, tras seguir a 266.280 participantes (muestra del biobanco británico), libres de EPOC al inicio del estudio, durante 10,6 años, revelaron que los que exhibieron un nivel moderado y vigoroso de actividad física tuvieron menores riesgos de EPOC: 24% y 28%, respectivamente, con respecto a los de bajo nivel de actividad física, independientemente del nivel de contaminación atmosférica.

El nivel de ejercicio físico no sólo fue evaluado mediante cuestionarios, sino con medidas objetivas: acelerómetro de muñeca.

Como era esperable, la contaminación atmosférica, con partículas finas (PM2.5) se asoció con un mayor riesgo de EPOC, pero sin repercusiones entre los que practicaban actividad física.

Prevención de EPOC por el ejercicio físico: conclusiones

A la luz de los conocimientos científicos actuales, la práctica regular de actividad física reduce significativamente el riesgo de deterioro de la función pulmonar (espirometrías), así como del desarrollo ulterior de EPOC entre sujetos con alto riesgo de desarrollar esta prevalente enfermedad respiratoria crónica (fumadores, expuestos a contaminación atmosférica).

En consecuencia, otro motivo más para practicar regularmente ejercicio físico, un estilo de vida altamente saludable, más aún si lo combinamos con una dieta saludable, a base de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea, y una buena sociabilidad, mientras degustamos café de especialidad, bien tostado y preparado con técnica barista, pues tales estilos de vida se asocian con una reducción de la mortalidad total y específica por las principales causas de enfermar y morir en el mundo (cardiovasculares, respiratorias, neurodegenerativas, ictus, metabólicas, cánceres…).

Dr. Félix Martín Santos

 

Bibliografía:

  1. Jakes RW, Day NE, Patel B, Khaw KT, Oakes S, Luben R, Welch A, Bingham S, Wareham NJ. Physical inactivity is associated with lower forced expiratory volume in 1 second: European Prospective Investigation into Cancer-Norfolk Prospective Population Study. Am J Epidemiol2002;156:139–147
  2. Pelkonen M, Notkola IL, Lakka T, Tukiainen HO, Kivinen P, Nissinen A. Delaying decline in pulmonary function with physical activity: a 25-year follow-up. Am J Respir Crit Care Med2003;168:494–499.
  3. Cheng YJ, Macera CA, Addy CL, Sy FS, Wieland D, Blair SN. Effects of physical activity on exercise tests and respiratory function. Br J Sports Med2003;37:521–528.
  4. Regular Physical Activity Modifies Smoking-related Lung Function Decline and Reduces Risk of Chronic Obstructive Pulmonary Disease. A Population-based Cohort Study. Judith Garcia-Aymerich , Peter Lange , Marta Benet 1, Peter Schnohr , and Josep M Antó. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. Vol. 175, No. 5 | Mar 01, 2007.
  5. Das UN. Anti-inflammatory nature of exercise. Nutrition 2004; 20:323-326
  6. Physical Activity, Air Pollution, and the Risk of Asthma and Chronic Obstructive Pulmonary Disease, Jack E. Fisher 1, Steffen Loft 2, Charlotte S. Ulrik 3, Ole Raaschou-Nielsen 4, Ole Hertel 5, Anne Tjønneland 4, Kim Overvad 6,7, Mark J. Nieuwenhuijsen 8,9,10, and Zorana J. Andersen. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, Volume 194, Issue 7, 2016
  7. Risk/benefit tradeoff of habitual physical activity and air pollution on chronic pulmonary obstructive disease: findings from a large prospective cohort study. Lan Chen et al. BMC Medicine volume 20, Article number: 70 (28 February 2022)

 

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