Monasterio de Santa María de Rioseco: Rescatado de la ruina y del olvido por el voluntariado y el asociacionismo

Monasterio de Santa María de Rioseco: exterior de la sala capitular y cabecera tripartita.
- Claustro del monasterio de Santa María de Rioseco
- Cilla
- Sala capitular
- Parte pública del monasterio
- Suministro de agua al monasterio
- ¿Quién constituye el colectivo” Salvemos Rioseco”?
- ¿Cómo empezó todo? ¿Qué logros se han ido obteniendo?
- Semanas del voluntariado
- Primera semana (2011)
- Segunda semana (6 al 12 de agosto del 2012)
- Tercera semana (2013)
- Campaña del 2014
- Proyecto del Plan Director y actividades culturales (2015)
- Segunda campaña arqueológica (2016)
- Acuerdo para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) al Monasterio de Rioseco (2017)
- Monasterio de Rioseco sale de la lista roja de Patrimonio (2018)
- Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC)
- Sobreponiéndose a la pandemia de la COVID-19
- Fundación de Santa María de Rioseco (2021)
- Premio Hispania Nostra 2022 de Patrimonio Cultural y Natural
Introducción
El monasterio de Santa María de Rioseco es un emblemático cenobio cisterciense que se ha salvado de la ruina más absoluta merced al asociacionismo y al voluntariado. Así, por la ímproba labor del colectivo “Salvemos Rioseco” ha pasado de estar en la lista roja de patrimonio (Hispania Nostra) a ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
La Junta de Castilla y León, al declarar BIC (2019) a este monasterio, calificó tal logro como un paradigma del valor social del patrimonio cultural.
Resumen histórico del monasterio de Santa María de Rioseco
El monasterio de Santa María de Rioseco se emplazó en el sitio que ahora ocupan sus ruinas en 1236, su cuarto emplazamiento. Siendo el primero en Quintanajuar, entre Cernégula y Masa, en torno al 1135, por donación real, de Alfonso VII. El segundo, en San Cipriano Montes de Oca, en 1184, también con privilegios reales, de Alfonso VIII. El tercero, en 1204, cuando los monjes se asentaron en el valle de Manzanedo, en Rioseco, junto a un arroyo que nace en un manantial próximo, Fuente Humorera.
Finalmente, tras sufrir una inundación, los monjes lograron asentarse unos metros más arriba, con la autorización del Capítulo General de la orden del Císter, en su actual emplazamiento, logrando, así, incrementar su confortabilidad y espacio vital.
Aunque siguieron teniendo posesiones en Quintanajuar y en San Cipriano Montes de Oca, lograron, por diversas compras y donaciones, un coto de unos 50 kilómetros a la redonda. Donde establecieron sus posesiones ganaderas y agrícolas, además de ventas, molinos, batanes y granjas.
Monjes conversos y oradores
Los monjes que desempeñaban las labores agrícolas y ganaderas fueron los Hermanos Conversos, de raigambre humilde, que vivían separados de los monjes Letrados u Oradores, procedentes de la aristocracia. Así, los primeros tenían su refectorio y habitaciones en el ala oeste del claustro, encima de la cilla. Cerca de la puerta por la que accedían a los pies de la iglesia, donde se hallaba su coro.
Los segundos, los Oradores (un tercio del total) vivían en la panda este del claustro, encima de la Sala Capitular, junto a la cabecera de la iglesia. En la que penetraban por una puerta cercana al presbiterio, en tanto que su refectorio estaba en la crujía sur del claustro.

Monasterio de Santa María de Rioseco: puerta por la que accedían las mercancías a la cilla.
Periodo de esplendor
Durante siglos este monasterio fue un emporio económico y cultural, que trascendió a su arquitectura, con construcciones renacentistas y, sobre todo, del siglo XVII. Que lo dotaron de una impronta clasicista, como aún puede apreciarse en los restos de su claustro.
Posteriormente, durante el siglo XVIII se construyó una monumental escalera con un arco en esviaje que permitía conectar el claustro monacal, privado, con la parte pública. Que estaba representada por la hospedería y un hospital, en torno a un claustro, también clasicista, del que no ha quedado nada, fruto de un saqueo sistemático e íntegro para trasladarlo a otro sitio.
Decadencia
Finalmente, en las primeras décadas del siglo XIX concluyó su larga existencia. Inicialmente, con la francesada, los monjes fueron exclaustrados desde 1809 hasta 1814. Más tarde, tras volverse a asentar en su monasterio, en 1820 se vieron obligados a salir del convento, durante el Trienio Liberal.
Aunque un año más tarde, Fernando VII les permitió regresar, poco les duró su fortuna, pues en 1835 con la desamortización de Mendizábal fueron exclaustrados definitivamente. Al igual que sucedió con el resto de monjes de España. Lo que comportó una debacle para nuestro patrimonio, dado que la mayoría de los nuevos dueños, carentes de la más mínima sensibilidad artística y cultural, convirtieron los monasterios en cuadras y establos para su ganado.
El monasterio de Santa María de Rioseco fue comprado en 1849 por un hombre culto y liberal, don Francisco Arquiaga. Que inmediatamente donó la iglesia del cenobio al arzobispado de Burgos, perviviendo como parroquia hasta la segunda mitad del siglo XX, celebrándose en 1964 la última boda.
Expolio y ruina
Sin embargo, el resto de las dependencias monásticas sufrieron abandono y el más cruel expolio. Hubo que esperar hasta 1953 para que los nietos de don Francisco cedieran las ruinas al actual propietario, el arzobispado de Burgos.
No obstante, tras la gran emigración a las ciudades industriales del norte, dejó de haber gente que frecuentara la iglesia. Lo que propició su progresivo expolio, levantando losas del pavimento, profanando tumbas, arrancando arcos y tirando altares, incluso durante los años 90 del siglo XX. Por ejemplo, fue penoso comprobar cómo para arrancar, de la cornisa de la panda norte del claustro, una losa con la fecha de su construcción, 1638, el ladrón no tuvo reparos en destruir parte de la techumbre abovedada.
Siguiendo con las pérdidas acontecidas durante la segunda mitad del siglo XX, hay que destacar el desplome de la Torre del Abad, de la que sólo queda un lienzo, cubierto de hiedra.
El sistema hidráulico del convento sufrió la misma desidia y desamparo, pues según brotaba el agua en el manantial de origen, Fuente la Toba, se perdía por la ladera de la montaña, sin que agua alguna llegara al monasterio.
Aprovecho este momento para citar a Esther López Sobrado, historiadora y profesora en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Merindades de Castilla (Villarcayo) porque entre su nutrida obra se encuentra un libro imprescindible para adentrarse en el conocimiento de este cenobio: “Santa María de Rioseco, el monasterio evocado”. Profundo conocimiento y gran pasión se aúnan en este libro, gran base de lo aquí referido.
Impresiones iniciales de los restos conventuales
Cuando visité este monasterio, acompañado de mi hija María, a finales de marzo del 2021, me llamó la atención la presencia de alhelíes amarillos floreciendo sobre el muro exterior, que parecían simbolizar su antiguo esplendor. Ahora, unas venerables ruinas conservadas y consolidadas merced al asociacionismo y voluntariado, impulsado por el colectivo “Salvemos Rioseco”.
Según nos aproximábamos al acceso principal, resultaba patético ver los restos de la Torre del Abad y del palacio renacentista. Seguidos por el paño de las habitaciones de la hospedería, en parte cubiertos por hiedra, que trepaba hasta rodear algunos de los vanos de sus descarnadas ventanas.

Restos de la Torre del Abad y del palacio renacentista del monasterio de Santa María de Rioseco, cuya restauración y consolidación debe priorizarse. 26-03-2022.

Monasterio de Santa María de Rioseco: Paño del sector donde se estableció la hospedería.27 de marzo 2021.
Después de andar un corto trecho, atravesamos el muro exterior por un vano pétreo a modo de puerta para situarnos enfrente del exterior de la sala capitular y de la cabecera tripartita de la iglesia. Donde vimos gente congregada en torno a una voluntaria, un tanto alborozada por ser el día (27-03-2021) en que se reanudaban las visitas guiadas, después del largo paréntesis debido a la pandemia de la COVID-19.
De esta suerte, tuvimos la fortuna de ver la iglesia, claustro, sala capitular, parte de la cilla y demás restos de este ilustre cenobio, guiados e informados por tan amable y docta persona.
Empezamos por la iglesia, a la que accedimos por una especie de pasillo, entre la sala capitular y la capilla sur de la cabecera.
¿Cómo es la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco?
Se trata de la parte más antigua del monasterio (siglos XIII-XIV), que voy a describir siguiendo un cierto orden: planta, interior y exterior.
Planta de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco
La iglesia de este emblemático monasterio posee una única nave longitudinal, de cuatro tramos, con cabecera tripartita, y una nave transversal (transepto) que no sobrepasa el nivel de la cabecera (alineados en planta). En el cruce de ambas naves se halla el crucero cuadrado.
Las capillas laterales de la cabecera son cuadradas en tanto que la central adopta una forma rectangular. Llama la atención observar, en el lado norte de la iglesia, un pequeño tramo de nave, accesible sólo desde el transepto, de la misma longitud que el de la nave longitudinal situado al mismo nivel.

Monasterio de Santa María de Rioseco: accediendo a la iglesia.
Interior de la Iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco
A los pocos metros de entrar por la puerta principal de acceso al monasterio, dejamos a nuestra izquierda la sala capitular para acceder, a nuestra derecha, al tramo del transepto colindante con la nave sur de la cabecera. Momento en el que observamos cómo la luz inunda todas las estancias, pues entra por la puerta enrejada de entrada al claustro, situada al oeste. Así como por las diversas ventanas de la cabecera tripartita, transepto y nave longitudinal.
Espacios diáfanos y luminosos, como los aquí apreciados, fueron seña de identidad de las iglesias cistercienses que elevaban la altura de sus iglesias. Para lo cual, empleaban arcos apuntados, propios del gótico, surgido en el norte de Francia en torno a 1132, cuando se construyeron la Catedral de Sens y la abadía de Saint-Denis. La sobriedad fue también distintiva del Cister, reduciendo la ornamentación, tan exuberante en el románico, con capiteles con motivos vegetales, no historiados.
Capilla sur de la cabecera
Veamos ahora la capilla sur de la cabecera, denominada de los Fernández Isla por ser su lugar de enterramiento (capilla inicialmente funeraria). Aunque en la clave de la bóveda de crucería simple figure el escudo de los Velasco. También se la denomina capilla de Santiago, por el retablo que antaño poseía.

Iluminación de la capilla sur de la cabecera tripartita de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco.
La luz entra por diversos vanos, una ventana en su pared meridional y, especialmente, por tres óculos incluidos en un espacio rectangular culminado en triángulo, en su pared oriental.

Iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco: Arco en esviaje que comunica la capilla sur de la cabecera tripartita con el presbiterio de la nave central
Aunque lo que más llama la atención de esta capilla es la presencia de un arco en esviaje, construido en pleno barroco (1691), para abrir un espacio de luz y de paso a la cabecera de la nave principal. Lo que permitía tanto contemplar los oficios religiosos del altar mayor cuanto mejorar la iluminación de las capillas laterales. Por ello, en esta iglesia, veremos otro arco en esviaje en la capilla norte.
Capilla mayor de la iglesia de Santa María de Rioseco
Tras atravesar el citado arco en esviaje entramos a la capilla mayor, cubierta por una elegante bóveda de crucería compleja con ocho nervios, adornados con cabezas de dragón, cuyo rojo cuerpo correspondería al arranque de los mismos en su confluencia con la clave, donde figura el escudo de Castilla. Estas pinturas originales se descubrieron cuando se restauró la techumbre de esta capilla, pues estaban ocultas por una capa de cal y yeso.

Bóveda de la capilla mayor de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco.

Bóveda capilla mayor de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco: clave con el escudo de Castilla y cabezas de dragón en los nervios pigmentados de rojo.
Originalmente, la capilla mayor se iluminaba por tres ventanales góticos, con fina tracería, parteluz que los dividía en dos vanos, culminados en óculo bajo dos arcos apuntados superpuestos. Dado que, posteriormente, fueron cegados, decidieron que la luz del alba entrara por tres ventanales rectangulares, construidos a tal efecto. Uno en el centro; los otros dos, encima de los laterales. Todo ello muy alejado de la elegancia de la obra primitiva, que puede intuirse mejor mirando desde el exterior de la iglesia.

Iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco: iluminación de la capilla mayor protagonizada por tres toscos vanos rectangulares que sustituyen a los primitivos ventanales góticos, cegados y sin función.
Nave de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco
Si dirigimos nuestra mirada hacia el oeste veremos con nitidez esta nave longitudinal, cuyos cuerpos están cubiertos por bóvedas de crucería simple, formadas por el cruce de dos arcos diagonales, que dividen la plementería en cuatro espacios (bóveda cuatripartita), entre los arcos perpiaños (dispuestos transversalmente para separar las diversas bóvedas) y los arcos formeros (en disposición longitudinal, paralelos al eje de la nave).
En el muro meridional podemos ver varios ventanales, cegados en el siglo XVII para elevar el claustro, pues el previo era una simple pasarela.

Iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco. A los pies de la nave central se ubica el espacio destinado al coro de los conversos. Las bóvedas, de crucería simple.

Monasterio de Santa María de Rioseco: coro de los monjes conversos.
En el fondo, a los pies, se aprecia un espacio elevado, iluminado por un ancho ventanal ligeramente apuntado, el coro de los conversos, que se dedicaban a labores manuales. Tal elevación parece deberse a estar asentado este tramo sobre roca viva, de compleja perforación y excavación.

Restos del púlpito de la iglesia del Monasterio de Rioseco.
Si nos fijamos en el muro norte de esta nave, observaremos restos de antiguas construcciones, como los que corresponden al antiguo púlpito, junto al crucero. Así como dos sucesivos vanos, uno que lleva a una escalera de caracol y otro, más próximo al espacio reservado a los conversos, elevado a modo de tribuna, pero que Esther López Sobrado atribuye al lugar donde se ubicaba el órgano.

Monasterio de Santa María de Rioseco. Vanos en el muro norte próximos al coro de los conversos. 26-03-2022

Nave central de la iglesia del Monasterio de santa María de Rioseco. En el muro norte se ven sucesivos vanos, el del púlpito, el acceso a una escalera de caracol, el del órgano y el que accede a una estancia, antigua portería. Mirando hacia el coro de los conversos.

Nave central de la iglesia del Monasterio de santa María de Rioseco. En el muro norte se ven sucesivos vanos, el del púlpito, el acceso a una escalera de caracol, el del órgano y el que accede a una estancia, antigua portería. Mirando hacia la cabecera.
Luego, antecediendo al coro, se halla otra puerta que comunica con una estancia, previa al cementerio del convento, que, en su momento, fue la portería de acceso a la iglesia.
En el muro sur se hallan las puertas de acceso de los conversos y de los letrados u oradores, situadas a los pies de la iglesia y cerca del crucero, respectivamente. Los primeros, vivían encima de la cilla; los segundos, dedicados a la oración y al estudio, vivían encima de la sala capitular, como antes dijimos
Capilla norte de la cabecera tripartita del monasterio de Santa María de Rioseco
De la cabecera tripartita, sólo nos queda ver la capilla norte (Capilla de las Reliquias o del Cristo), a la que se accede, desde la capilla mayor, por otro arco en esviaje. Que enseguida permite ver las lápidas de Cristóbal Varona Sarabia y, por debajo, la de su esposa, Doña Catalina de Murueta, junto al acceso a su cripta.

Lápidas de Cristóbal Varona Sarabia y, por debajo, la de su esposa, Doña Catalina de Murueta, junto al acceso a su cripta, en la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco.
En esta capilla, cubierta por bóveda de crucería simple, llama la atención la presencia de capiteles historiados. Véase, dos cabezas de varones, un báculo y un monje con báculo en la clave de la bóveda.

Capitales de las columnas de la capilla norte de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco

Un monje con báculo en la clave de la bóveda de la capilla norte de la iglesia del Monasterio de Santa María de Rioseco.
También pueden apreciarse dos fuentes de luz, un pequeño óculo sobre su muro este y un ventanal rectangular sobre el muro norte.

Iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco: puerta de acceso a la nave lateral(un cuerpo) del lado norte
Tramo de nave septentrional
Ahora vamos a ver el tramo de nave, ubicado al norte, por el que sólo puede accederse desde el transepto, paralelo al primer tramo de la nave longitudinal. La descarnada puerta que ahora se ve es fruto del expolio, un simple vano carente del primitivo arco de medio punto baquetonado apoyado en dos pilares, robado en 1998, por desalmados sin escrúpulos.
Su techumbre está constituida por una bóveda de crucería simple, habiendo también una figura humana (cabeza) en una de las ménsulas. Su longitud es la misma que la del primer tramo de la nave. Se desconoce cuál fue su verdadero uso, quizá pudo haberse utilizado como sacristía, como apunta Esther López.
Aún pueden verse parte de los ornamentos barrocos (siglo XVIII) en las bóvedas (placas decorativas) que ocultan la elegancia de las formas góticas.
Exterior de la iglesia del monasterio de Santa María de Rioseco
Como antes referí, desde el exterior es como mejor se aprecian los ventanales góticos de la cabecera tripartita, que en la capilla mayor son tres. Dos laterales, con parteluz, bajo un óculo, rodeado por dos arcos apuntados superpuestos, ambos cegados. Y uno central, sobre el que construyeron posteriormente una ventana rectangular. Por encima de los laterales, aparecen sendas ventanas rectangulares.
En la capilla sur, subsiste una elegante ventana, con tres óculos, encerrados en un rectángulo, rematado por un vértice triangular. En la capilla norte se aprecia un vasto vano rectangular.
La cornisa es muy sencilla, una moldura tallada a dos planos, con canes de sobrias molduras.
En los paramentos del lado norte de la iglesia se dejan ver unos canecillos de róleos.

Exterior de la cabecera tripartita de la iglesia del Monasterio de Santa María de Rioseco.
En el exterior de la sala capitular se aprecia al igual que en la cabecera tripartita, las techumbres restauradas sobre soportes de madera. Cuya iluminación procede de una celosía dividida en cuatro cuadrados bajo un doble arco escarzano, debajo de la cual se ve un ancho contrafuerte entre dos ventanales rectangulares, levemente abocinados.

Monasterio de Santa María de Rioseco: exterior de la sala capitular y cabecera tripartita.
Claustro del monasterio de Santa María de Rioseco
Cuando accedemos al claustro nos sorprende, a pesar de la ruina, la sobriedad y elegancia de su arquitectura clasicista, aparentemente herreriana, que me recuerda al claustro procesional del monasterio de San Pedro de Arlanza.
Aunque se construyó en la primera mitad del siglo XVII, en plano barroco, fue Juan de Naveda del Cerro, en 1595, el que lo trazó y diseño. Mas lo concluyó su cuñado, Diego de Sisniega, por su prematura muerte (1601).
Juan de Naveda, cántabro de la Trasmiera, fue hijo de cantero y padre de arquitecto, de gusto clasicista. Incluso el padre trabajó en el Monasterio del Escorial, bajo la tutela de Juan de Herrera.
Después de la gran labor de desescombro y reparación, abriendo arcos cegados y eliminando construcciones advenedizas en el centro del claustro, por parte de los voluntarios, ahora podemos apreciar con cierta nitidez lo que subsiste, lo que es, al tiempo que intuir lo que fue.

Restos del claustro del Monasterio de Santa María de Rioseco: permanecen arcos fajones y formeros de las pandas de la sala capitular, al este, y del Mandatum (paralela a la Iglesia), al norte, sin bóveda alguna. Panorámica desde balcón ubicado junto a la espadaña.
Crujías o pandas
Las crujías o pandas mejor conservadas son las de la Sala Capitular (al este), con su fecha de realización inscripta en la cornisa, encima de la clave del tercer arco del piso superior, y la paralela a la iglesia, Panda del Mandatum (al norte). Ambas conservan el esqueleto de los dos cuerpos, sin bóveda alguna, pero con sus arcos fajones y formeros, de medio punto, apoyados en pilares con sobrias pilastras adosadas.

La fecha de realización (1637) de la panda de la Sala Capitular del claustro del monasterio de Santa María de Rioseco figura en la cornisa, encima de la clave del tercer arco del piso superior de aquélla.

Claustro del monasterio de Santa María de Rioseco: la panda de los conversos, orientada al oeste, se ha perdido; la Panda del Refectorio, al sur, ha perdido arcos fajones y parte de los formeros.
La panda orientada al oeste, la de los conversos, lamentablemente se ha perdido. En tanto que en la meridional, la panda del refectorio de los monjes letrados, se han perdido los arcos fajones y parte de los formeros. Sin embargo, en la clave del tercer arco del piso superior de esta última panda figura la fecha de su construcción: 1636.

En la cornisa, encima de la clave del tercer arco del piso superior de la panda del refectorio de los monjes letrados del monasterio de Santa María de Rioseco figura la fecha de su construcción: 1636.

Monasterio de Santa María de Rioseco: a la derecha puede verse el espacio donde se asentaba el refectorio de los monjes letrados, en cuyo suelo se descubrieron las claves de sus cuatro bóvedas.
Merced a la labor de la arqueóloga Silvia Pascual, se sabe que el refectorio estaba cubierto por cuatro bóvedas. Así, tras quitar ingentes cantidades de escombros se descubrieron las cuatro claves donde convergían los nervios de las mismas, con escenas de la pasión de Cristo. Además, al llegar al suelo de barro de este espacio, pudo descubrirse un horno y las canalizaciones que conducían el agua para abastecer las necesidades orgánicas e higiénicas de los monjes.

Clave de una de las bóvedas del refectorio, con escenas de la pasión de Cristo: los tres clavos.

Claustro del monasterio de Santa María de Rioseco: los arcos de medio punto se apoyan en pilares con pilastras adosadas

Panda del Mandatum, paralela a la iglesia, del monasterio de Santa María de Rioseco, con restos de la plementería de una de las bóvedas. Arcos de medio punto apoyadas en pilares con pilastras adosadas.
Puertas y accesos circundantes
En la panda paralela a la sala capitular podemos ver el pasillo que permite conectar con la puerta de entrada a la iglesia desde el exterior, por el que entramos. También hay un acceso a la capilla de la cabecera.

Monasterio de Rioseco: escalera de caracol sin alma central

Monasterio de Santa María de Rioseco: tras subir por la escalera de caracol.
Además, hallamos una puerta que conduce a una escalera de caracol (sin eje central) que sube hasta un espacio abovedado, encima del pasillo que separa iglesia y sala capitular. Y, al final, a una estancia, que permitía ver la capilla sur, quizá para que monjes enfermos y discapacitados pudieran seguir los oficios religiosos. En su momento, por esta escalera se llegaría al dormitorio de los monjes.

Monasterio de Rioseco: la escalera de caracol sin alma central que se abre en la panda de la sala capitular sube hasta un espacio abovedado situado encima del pasillo que separa iglesia y sala capitular.
En la panda paralela a la iglesia, la Panda del Mandatum, tenemos las puertas que permitían acceder a la iglesia. La más próxima a la cabecera, para el rezo diurno de los monjes oradores. En tanto que por la más próxima a los pies de la iglesia entrarían los conversos al rezo nocturno. También en esta panda se sitúa la espadaña, rectangular, con dos anchas ventanas inferiores (parecen geminadas) y una superior, más estrecha, rematada en triángulo.
Lamentablemente, fue robada (años 90 siglo XX) la clave con la inscripción que indicaba la fecha de finalización de esta panda: 1638. Como antes dijimos, el expoliador no tuvo reparos en destruir parte de la techumbre abovedada para acceder a la cornisa en la que se hallaba la losa con tal inscripción.

Claustro del monasterio de Santa María de Rioseco: crujía o panda norte, del Mandatum, soportando la espadaña; al este, la panda de la Sala Capitular
Cilla
Los dormitorios de los monjes conversos se situaban en el segundo piso, encima de la cilla, en la panda orientada al oeste. De la que no queda nada, excepto un primer tramo de la cilla, con su bóveda de terceletes y plementería con la ligera piedra de toba. A pesar de la tipología gótica, se construyó en pleno barroco, como figura en el intradós del arco previo: 1663.

Monasterio de Santa María de Rioseco: cilla restaurada, con techumbre protectora de madera.
¿Cómo es una bóveda de terceletes?
Es una bóveda propia de un gótico avanzado (siglo XV), en la que los dos arcos diagonales se cruzan en el centro, donde se dispone la clave principal. En tanto que los terceletes son nervios secundarios que salen del mismo ángulo que los cruceros para unirse de dos en dos en claves secundarias, que se unirán con la principal mediante ligaduras (también nervios secundarios).

Bóveda de terceletes de la cilla del monasterio de Santa María de Rioseco, con plementería a base de piedra de toba.

Sobre el intradós del arco que precede a la bóveda de terceletes de la cilla del monasterio de Santa María de Rioseco figura el año de construcción: 1663.
Es encomiable la labor del asociacionismo y voluntariado que ha evitado la ruina irreversible y desaparición de este monasterio, así como la ayuda de muchos anónimos que donando pequeñas cantidades (micro mecenazgo de Hispania Nostra) permitieron recaudar los fondos necesarios para reparar y consolidar esta hermosa bóveda.

Monasterio de Santa María de Rioseco: horno próximo a la cilla.
Cerca de la cilla, aún se conserva un pequeño horno.
Sala capitular
Como antes mencionamos, esta estancia está iluminada por tres ventanas, dos inferiores rectangulares y simétricas, más una superior, verdadera celosía.
En la época final del monasterio sirvió de sacristía, quizá por ello cegaron la puerta que la comunicaba con el claustro.

Bóveda de terceletes de la Sala Capitular del monasterio de Santa María de Rioseco. También se aprecia la ventana con forma de celosía.
Su techumbre está constituida por una bóveda de terceletes de igual factura que la de la cilla, también concluida en 1663. Los nervios convergen en un florón colgante (pinjante).
Sobre su pavimento reposan las cuatro claves halladas entre los escombros del refectorio durante la campaña arqueológica del 2016 a cargo de Silvia Pascual.

Claves de las bóvedas del refectorio de los monjes letrados del Monasterio de Santa María de Rioseco, reposando en el pavimento de la sala capitular, donde se exponen.
Parte pública del monasterio de Santa María de Rioseco
Las personas que entraban al monasterio lo hacían por la puerta existente junto a la Torre del Abad, para acceder a una especie de zaguán. Por el que se ascendía, paralelo a la galería renacentista, con capiteles de orden jónico, con sus dos características volutas o espirales, que culminan las columnas sobre las que descansan una serie de arcos escarzano (ocho he contado).

Monasterio de Santa María de Rioseco: Junto a los restos de la torre del abad se halla la puerta de acceso público al monasterio.

Galería renacentista, con capiteles jónicos, que culminan los fustes sobre los que descansan ocho arcos de medio punto. Abajo, la puerta pública de acceso al monasterio de Santa María de Rioseco.

Parte de la galería renacentista, con sus capiteles jónicos, del monasterio de Santa María de Rioseco. Urge arreglar su interior. No debe perderse obra tan emblemática. Fotografía efectuada en la visita que hice el día 26 de marzo (sábado) del 2022.

Monasterio de Santa María de Rioseco: Trompa avenerada en el ángulo entre la galería rencentista y los arcos escarzanos bajo los cuales se accede al pasillo que conduce a la cilla, a la izquierda; al claustro de la hospedería, de frente.
Luego, accedían por otra doble puerta (dos arcos escarzanos separados por una columna), junto a una trompa avenerada, al pasillo que conducía a dos sitios: de frente, a la hospedería; a la izquierda, hacia el oeste, rodeando el monasterio, para acceder a la cilla, con objeto de dejar mercancías y enseres diversos.

Monasterio de Santa María de Rioseco: pasillo que permite acceder a la cilla y a la antigua hospedería.

Monasterio de Santa María de Rioseco: antiguo acceso a la cilla
Un poco más abajo, a nuestra derecha (hacia el este) se accede a un espacio donde aún permanece un arco en esviaje, bajo el cual también se accede al patio de la hospedería.

Arco en esviaje bajo el cual se accedía al espacio destinado a la parte pública del monasterio, ubicado en el mismo pasillo que permitía conducir a la cilla (arriba, hacia el oeste) y a la puerta principal de acceso a la hospedería.

Acceso (puerta principal) al espacio donde estuvo la hospedería.
Restos de la hospedería
Bueno, si entramos al espacio donde se ubicó la hospedería, veremos que sólo queda el lienzo oriental de la misma, de tres cuerpos. Lo demás se ha perdido, incluso el claustro que hubo en el centro, del que no queda nada más que el arranque del pódium, descubierto gracias a la excavación arqueológica dirigida por Silvia Pascual, durante su segunda campaña (2016). Se cree que fue desmontado íntegramente, numeradas sus piedras, y vendido en otro sitio, verdadero saqueo, dado que, a diferencia de un expolio, no hay restos de mención.

Lienzo oriental de la hospedería, con tres cuerpos, y el espacio central donde existió un claustro.
Según nos refirió la guía, en la hospedería se alojaban peregrinos, viajeros, enfermos y los “donados”. Que usualmente eran mujeres viudas sin hijos o solteras con buen patrimonio que, a cambio de donar parte de éste, podían vivir, en su senectud, hasta el final de sus días, al cuidado de los monjes.

Monasterio de Santa María de Rioseco: A la derecha se ve el vano de acceso a la monumental escalera de tres pisos, hoy perdida, que comunicaba la hospedería con el claustro y dependencias de los monjes letrados. 27-03-2021

Se aprecia el vano de acceso a la monumental escalera de tres pisos, hoy perdida, que comunicaba la hospedería con el claustro y dependencias de los monjes letrados. En la campaña del 2021 se construyeron unas escaleras de madera para facilitar el acceso. 26-03-2022
Desde el espacio central de la hospedería, podemos ahora avanzar hacia el norte para dirigirnos a un vano con un arco en esviaje, a través del cual se accedía a una escalera monumental de tres alturas (dos ventanales), que llevaría hasta una estancia final, con un vano adintelado, cubierta con una bóveda de terceletes. En su momento, sirvió para comunicar la parte pública con la parte reservada a los monjes, el claustro de la hospedería con el claustro monacal.

Vano en esviaje por el que se accedía a la monumental escalera de tres pisos, hoy perdida, que comunicaba la hospedería con el claustro y dependencias de los monjes letrados

Puerta occidental del monasterio, junto a la futura Aula de Estudios (rehabilitada y concebida en la campaña del 2021), junto a la cual discurría el agua (captada en fuente la Toba) hasta un pequeño estanque desde donde se distribuía al huerto y dependencias monásticas (cocina, refectorio, lavatorio, letrinas…).
Suministro de agua al monasterio
Aunque este cenobio está muy cerca del río Ebro, la captación del agua estaba ladera arriba, a poco más de medio kilómetro, en Fuente de la Toba. Desde aquí se conducía hasta entrar en las dependencias monásticas cerca de la puerta occidental, desde donde se distribuía por dos canalizaciones.
Por una, llegaba hasta un estanque para permitir el riego de la huerta y frutales. Siendo conducida la sobrante hasta la cocina, refectorio y, luego, al lavatorio o fuente situada en el centro del claustro, llegando también a las letrinas. Cuyas aguas residuales se verterían a un arroyo cercano que las conducía al cercano Ebro.
Por la otra canalización también partiendo de la puerta oeste, el agua accedía hasta la torre del abad y la hospedería.

Un gran hito de la campaña del voluntariado del 2014 fue la ubicación y limpieza del manantial, fuente la Toba, y de su canalización hasta el monasterio: el agua regresaba al cenobio. 27-03-2021

Canalización del agua en dirección a la Torre del Abad. 26-03-2022
A pesar de que todos decían que era casi imposible que el agua volviera al monasterio, por deterioro y obstrucción de tales conductos, los voluntarios lograron lo imposible: volver a conducir el agua al monasterio. Gran hito de la campaña del 2014. Así, ahora, fluye y se oye su rumor.
Asociacionismo y voluntariado en el Monasterio de Rioseco
¿Quién constituye el colectivo” Salvemos Rioseco”?
El colectivo “Salvemos Rioseco” está constituido por diversas personas y agrupaciones sociales: el párroco Juan Miguel Gutiérrez Pulgar, impulsor, dinamizador y alma del colectivo; Esther López Sobrado, presidenta del grupo, también gran promotora de actividades y proyectos; autóctonos y vecinos de las parroquias del valle de Manzanedo y de otros pueblos de las Merindades, como Villarcayo y Medina de Pomar.
También forman parte de este colectivo los siguientes: profesores y alumnos del instituto de secundaria “Merindades de Castilla” (Villarcayo), ayuntamiento del Valle de Manzanedo, la Asociación Juvenil Mazorca de Villarcayo, jóvenes de Burgos y amigos de otras ciudades más lejanas, como Bilbao, Valladolid y Madrid, entre otras muchas. Todos ellos están consiguiendo convertir en realidad un sueño: salvar el Monasterio de Santa María de Rioseco.

Restos del claustro del monasterio
¿Cómo empezó todo? ¿Qué logros se han ido obteniendo?
En la web del colectivo “Salvemos Rioseco” (https://www.monasterioderioseco.com), explican detalladamente todo lo relacionado con el monasterio de Santa María de Rioseco. O sea, los integrantes del colectivo, la historia del cenobio, el inicio de su recuperación y etapas evolutivas al respecto, la semana del voluntariado, horario de visitas guiadas…
Vamos a ver cómo iniciaron esta ímproba labor, así como los principales logros conseguidos.
Durante el 2008 se fueron sumando voluntades e iniciativas por parte de un grupo de personas, animadas y guiadas por Juan Miguel Gutiérrez. Todos ellas conocían estas ruinas y deseaban poner coto al expolio y destrucción constante de las estructuras restantes, cubiertas por vegetación.
Dos años más tarde, durante el 2010 se procedió a la deforestación y limpieza de la vegetación que invadía las estructuras e impedía el acceso al monasterio. No fue tarea fácil pues hubo que talar más de trescientos árboles, así como eliminar estrato arbustivo y, sobre todo, la hiedra que se adhería firmemente a los sillares hasta erosionarlos y desencajarlos. La ayuda de la Asociación Forestal de Burgos resultó crucial para el éxito de la empresa.
Semanas del voluntariado
A partir del 2011 se han ido sucediendo las denominadas semanas del voluntariado, durante el mes de agosto.

La primera semana del voluntariado se dedicó, en gran parte, a la recuperación deI interior de la iglesia del monasterio: desescombrando, rellanando con grijo las tumbas profanadas, colocando las piedras de los altares, reestructurando el pavimento pétreo, acondicionando la cripta y la escalera de caracol que asciende al campanario. El aspecto actual es el resultado de sucesivas etapas de limpieza y recuperación.
Primera semana (2011)
Durante la primera semana de agosto del 2011, los que acometieron las primeras obras de recuperación dedicaron gran parte de su desinteresado esfuerzo al interior de la iglesia. Véase, desescombrando, rellanando con grijo las tumbas profanadas, colocando las piedras de los altares, reestructurando el pavimento pétreo, acondicionando la cripta y la escalera de caracol que asciende al campanario.
Además de levantar parte del muro exterior circundante, así como el del derruido muro del cementerio, entre otras obras. De esta forma, el inhóspito interior empezó a ser más acogedor.

Claustro del monasterio
Segunda semana (6 al 12 de agosto del 2012)
Durante la segunda (semana del 6 al 12 de agosto del 2012) el primordial objetivo fue iniciar la recuperación del claustro. Para lo cual desescombraron las pandas orientadas al norte y al este, la Panda del Mandatum, paralela a la iglesia, y la panda de la sala capitular, respectivamente. También eliminaron los muros que tapaban los arcos de esta última panda, colocados en los años 40 del siglo pasado, al igual que el ubicado en el centro del claustro, que lo afeaba y no permitía apreciar su grandeza.
También descubrieron dos canalizaciones, una medieval y la otra del siglo XVI, que conducían el agua hasta la desaparecida fuente del claustro. La cual fue realizada en 1590 por Diego González, remodelada 33 años más tarde.
Además, reconstruyeron el suelo de la sala capitular y parte de los escalones de acceso a la iglesia, limpiaron el antiguo cementerio, entre otras labores.
Tercera semana (2013)
Durante el 2013 siguieron haciendo notables obras de recuperación: desbrozaron los huertos, pusieron la lápida del licenciado Cristóbal Varona junto a la de su mujer, Catalina de Murueta, en la cabecera norte, siguieron quitando muros que cegaban los arcos del claustro, continuaron arreglando y adecentando la entrada a la iglesia, pusieron la techumbre del horno…
Campaña del 2014
El gran hito de la campaña del 2014 fue la recuperación de la antigua fuente o manantial del monasterio de Santa María de Rioseco. Así como la canalización que la conducía al mismo, lo que obligó a desbrozar los 500 metros que separaban aquélla de éste. Así, después de varios siglos de abandono, el agua volvía al monasterio.
El claustro también se benefició de obras de recuperación, desescombrando las pandas de la cilla, al oeste, muy derruida, y la orientada al sur, la del refectorio.
Además, se recuperó el camino que conduce al patio de la hospedería, se volvió a desbrozar huertos y a adecentar las calles del monasterio, entre otras obras de consolidación y recuperación.
Proyecto del Plan Director y actividades culturales. 2015
Durante el 2015 se efectuaron una serie de actividades que resultaron cruciales para asegurar el futuro del monasterio. Siendo la más destacada la elaboración del Proyecto del Plan Director por Félix Escribano, arquitecto de reconocido prestigio y solvencia.
También fue de gran trascendencia la realización del Proyecto Sociocultural del monasterio, consensuado en el seno del colectivo Salvemos Rioseco, pues contribuyó a revitalizar este cenobio.
Así, se dio a conocer el monasterio a la sociedad, mediante visitas guiadas, por integrantes del colectivo y voluntarios, en Semana Santa y en verano; en tanto que el resto del año, para grupos concertados (más de 6000 visitantes).
Otro hecho clave tuvo que ver con los Cursos de Verano de la Universidad de Burgos, pues en uno de ellos se impartió verdadera docencia: Jornadas de Rioseco.
Las actividades culturales realizadas durante el 2015 siguieron sumándose, concitando voluntades de unos y de otros. Entre ellas, destacan, la presentación del proyecto Salvemos Rioseco en la Sociedad Recreativa Cultural Castellana, en Burgos, y en el Colegio de Economistas de Santander.
Se impartió un curso sobre el monasterio en la Universidad de la Experiencia de Villarcayo; publicación de artículos en la revista cisterciense y en la de Caminos del Románico; publicación del libro “Recorrido artístico por la Merindad de Castilla Vieja”; edición del cuadernillo infantil “Colorea el monasterio de Rioseco con Lorena y Pablo”, para dará a conocer a los niños el monasterio y otras joyas artísticas de las Merindades; reedición del libro “Santa María de Rioseco. El monasterio evocado” de Esther López Sobrado; celebración de la Fiesta del Voluntariado, con visitas dramatizadas, actuaciones musicales y actividades para los niños.
Obras de consolidación (2015)
En cuanto a las obras de consolidación respecta, es destacable la colocación de la techumbre de la Sala Capitular, costeada por la Consejería de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
Durante la semana del voluntariado se efectuaron notables obras: desescombro tanto de la techumbre de la Capilla del lado sur de la iglesia como la de la Sala Capitular, imprescindible para su posterior reconstrucción, antes referida; primera cata arqueológica en el claustro de la hospedería; conclusión del arreglo del suelo de la sala capitular; limpieza del claustro de la hospedería; culminación de la conducción del agua al monasterio; arreglos en el muro de entrada, acometida de luz al monasterio, merced a la colaboración del ayuntamiento del Valle de Manzanedo, etc.
Segunda campaña arqueológica. 2016
Durante el 2016, fue muy fructífera la segunda campaña arqueológica, dirigida por Silvia Pascual, pues, como al principio dijimos, permitió descubrir el suelo de barro del refectorio de los monjes, en el que se halló la plementería de las bóvedas del mismo. Así como cuatro claves hexagonales con relieves de diversos hechos de la Pasión de Jesucristo, además de localizar el arranque del pódium del claustro de la antigua hospedería.

Clave, con escenas de la pasión de Cristo (corona de espinas), de una de las bóvedas del refectorio, descubiertas en la campaña arqueológica del 2016.

Espacio destinado al refectorio de los monjes Letrados, detrás de la panda meridional del monasterio
También fue muy meritoria la colocación de la techumbre de la capilla sur de la cabecera tripartita, la capilla de los Isla, financiada por la Junta de Castilla y León.
Durante la VI Semana del Voluntariado se contó con la ayuda de unas 150 personas que contribuyeron a recuperar y consolidar el monasterio, levantando muros derruidos, desescombrando, quitando maleza y haciendo más accesible el monasterio para las más de 6000 personas que se beneficiaron de las visitas guiadas por los voluntarios.
La VI Fiesta del Voluntariado se animó con diferentes actuaciones musicales y actividades culturales diversas. De gran mérito fue el curso de cantería impartido por Miguel Sobrino y Julio Peña.
También resultó entrañable descubrir que un retablo del cenobio, que se creía perdido, se hallaba en la iglesia abacial del monasterio de San Pedro de Cardeña, el “Retablo del Abrazo de San Bernardo”, del siglo XVIII, según notificaron los propios cartujos.
Acuerdo para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) al Monasterio de Rioseco. 2017
La extraordinaria labor de los voluntarios, tutelados por el colectivo “Salvemos Rioseco”, así como la de arquitectos y arqueólogos, con decisivas obras de consolidación y múltiples actividades culturales fueron determinantes para que la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Junta de Castilla y León (Resolución de 9 de junio de 2017) acordara incoar procedimiento de declaración de Bien de Interés Cultural al Monasterio de Rioseco, con la categoría de monumento.
Así, en el acuerdo firmado el 11 de julio del 2017 se valora todo lo realizado: “El monasterio de Rioseco constituye asimismo un ejemplo destacado del valor social del patrimonio cultural. Desde el año 2010, el colectivo «Salvemos Rioseco» ha venido realizando una importantísima labor de recuperación del monasterio, acometiendo obras de consolidación de sus restos. También realiza una destacada labor de difusión, con acciones colectivas, culturales y turísticas, dando a conocer la historia y la importancia del cenobio y facilitando el acceso a visitantes en horarios concertados, con semanas de voluntariado.»
«Esta labor de difusión se completa con la realización de publicaciones y artículos, charlas y exposiciones de fotografía y pintura y un gran número de actividades destinadas a dar a conocer este bien patrimonial. El monasterio de Rioseco ejemplifica cómo el cuidado y la puesta en valor del patrimonio cultural y el fomento de su aprecio por los ciudadanos es un instrumento para la cohesión social y para generar nuevos recursos destinados a atender tareas de gestión y mantenimiento ordinario para el desarrollo territorial y el bienestar social, en línea con lo establecido en el Plan PAHIS 2020 del Patrimonio Cultural de Castilla y León.”
Monasterio de Rioseco sale de la lista roja de Patrimonio (2018)
Todas estas obras de consolidación permitieron que, en el año 2018, el comité científico de Hispania Nostra sacara de la Lista Roja de Patrimonio al Monasterio de Santa María de Rioseco, en la que estaba incluido desde el 2008. “Aunque el monasterio necesita todavía intervenciones notables, lo importante es que hay un grupo de gente alrededor de él, que se ocupa de limpiarlo, recuperarlo y explicarlo”, explicó Victor Antona, de Hispania Nostra.
Es evidente que este hecho supuso un espaldarazo a la gran labor realizada por el colectivo “Salvemos Rioseco”y de todos los voluntarios. Personas que, año tras año, contribuyen a recuperarlo y a salvaguardar su integridad.
«Estamos encantados con ello, de dejar de formar parte de esa triste lista de joyas históricas que año tras año vemos convertirse en ruinas ante nuestros ojos sin que no se haga nada», refirió Esther López, historiadora y voluntaria del proyecto ‘Salvemos Rioseco’, en ese momento.
Obras de consolidación (octava semana, 2018)
Durante el 2018 se siguieron realizando importantes obras de consolidación, como la colocación de la cubierta de la capilla norte de la cabecera, financiada por la Junta de Castilla y León. Pero cuyo proyecto de obras fue pagado con fondos del monasterio procedentes de lo recaudado por los donativos de las visitas guiadas.
Como la bóveda de terceletes de la cilla amenazaba ruina y la Junta de Castilla y León no cubría las obras de reparación, se recaudaron los fondos para restaurarla. Para lo cual, se valieron de una campaña de micro mecenazgo de Hispania Nostra, con la que se obtuvieron 44.000 €. De esta suerte, podemos seguir contemplando esa hermosa bóveda, cuya plementería está constituida por piedra de toba.
Es encomiable que numerosas personas aporten pequeñas cantidades de dinero (desgravación del 80% de lo donado) para un bien común, la restauración de nuestro excepcional patrimonio.
Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) 2019
El 10 de enero del 2019, el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León aprobó la declaración del Monasterio de Santa María de Rioseco como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Un logro de gran trascendencia, pues un BIC es una figura jurídica de protección del patrimonio histórico, para garantizar su conservación, consolidación y rehabilitación, para uso y disfrute de toda la gente que tenga la fortuna de conocerlo. Lo que también permitirá legarlo a las generaciones futuras.
En los cursos de verano de la Universidad de Burgos, se siguió contando, por tercera vez, con este cenobio: ”El monasterio a través del tiempo. Estereotomía y ornamentación.”
Otro importante hecho fue la concesión, por parte del colegio de arquitectos de Burgos, de un premio (XIII Premios de Arquitectura de Burgos) a los arquitectos del monasterio, Félix Escribano y Arantza Arrieta, por la forma respetuosa y acertada de poner en valor estas venerables ruinas.
A lo largo del 2019, el Monasterio de Rioseco albergó numerosas actividades culturales: exposiciones fotográficas, conciertos, cursos, galas líricas, etc.
También fue reseñable que la revista “Madera y Construcción”, especializada en arquitectura, construcción y madera, dedicara un par de reportajes al monasterio.
Además, los miembros del colectivo “Salvemos Rioseco” recibieron el premio “Félix Andino a la experiencia turística”.
Sobreponiéndose a la pandemia de la COVID-19 (2020)
La pandemia causada por el SARS COV-2 obligó a extremar las medidas de seguridad durante la semana del voluntariado del 2020 (27 de julio al 2 de agosto), con reducción del número de participantes a 80, casi la mitad (usualmente, 150) y sin celebrar obviamente la fiesta de clausura.
No obstante, el resultado fue fructífero, pues los voluntarios, dirigidos por la arqueóloga Silvia Pascual, hallaron un horno en la cocina del refectorio, una fuente y la canalización que accede hasta ella, que traía el agua procedente del manantial del monasterio, así como la pila de piedra que la recogía.

Aledaños de la Torre del Abad y del palacio renacentista del monasterio, que fueron objeto de limpieza y desescombro durante la campaña del 2020.
Además, en los aledaños de la Torre del Abad se retiraron escombros y maleza, dejando, así, expedita lo que queda de esta emblemática construcción. Con ello, se pretende que el arquitecto Félix Escribano efectúe un proyecto de construcción con objeto de presentárselo a la Junta de Castilla y León para su aprobación y posterior financiación.
El último día se celebró la tradicional misa y el concierto del guitarrista Mariano Vargas y del cantante Hosman (con la mitad de aforo, por seguridad).
Fundación de Santa María de Rioseco (2021)
Un hito de este año fue la inscripción de la Fundación Monasterio de Rioseco en el Registro de Fundaciones, cuyo presidente y vicepresidenta son Juan Miguel Gutiérrez y Esther López Sobrado, respectivamente.
Por otra parte, se diseñó, realizó e inauguró (12 de junio del 2021) un jardín renacentista en el espacio donde se cree que antaño hubo otro, enfrente de la Torre del Abad y del palacio de elegante galería jónica.
Este jardín, diseñado por un paisajista, fue realizado por una veintena de voluntarios junto trabajadores de las plantillas municipales de Medina de Pomar, Villarcayo, Espinosa de los Monteros y el Valle del Manzanedo.

Jardín renacentista inaugurado en junio del 2021, ubicado enfrente de la torre del Abad y de la galería jónica del palacio renacentista. 26-03-2022
El patrocinio del mismo corrió a cargo de Zanskar Producciones y el programa televisivo “Volando Voy”, dirigido por Jesús Calleja, aventurero y gran divulgador de nuestro patrimonio natural y artístico.
Sin soslayar la realización de las escaleras de acceso del patio/claustro de la hospedería al claustro de los monjes y de desescombrar el interior del palacio renacentista,

Futura Aula de Estudios, junto a la puerta oeste, fruto de la rehabilitación de un edificio previo de unos 50 metros cuadrados, cuyo uso original se desconoce. Obra efectuada durante el 2021.
Premio Hispania Nostra 2022 de Patrimonio Cultural y Natural
El jueves, 19 de mayo del 2022 el Monasterio de Santa María de Rioseco fue galardonado con el premio Hispania Nostra 2022 en la categoría «Conservación del Patrimonio como factor de desarrollo económico y social«.
Los que han otorgado tan merecido premio son responsables de Hispania Nostra y de la Fundación Banco Santander. Según ellos, por la “recuperación de un monasterio de una de las áreas más castigadas por la despoblación, que, tras amenazar ruina y gracias al altruismo y al voluntariado, ha recuperado su esplendor y constituye un ejemplo del trinomio conocer-querer-salvar tan necesario en la recuperación del patrimonio”.
Conclusiones
Cuando la gente se une en pos de un bien común, lo que parece imposible se hace posible, salvar de la ruina más absoluta a un cenobio cisterciense de las merindades burgalesas, el Monasterio de Santa María de Rioseco. Ahora, flamante Bien de Interés Cultural (BIC), merced al esfuerzo desinteresado del colectivo “Salvemos Rioseco” y de cientos de voluntarios.
Por fortuna, hay más obras de arte que están salvándose de la ruina por acción del asociacionismo y del voluntariado. Véase, la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón, la iglesia de San Lorenzo Mártir de Fuenteodra, el Arco Conjuradero y la iglesia de Santa Eugenia de Villegas, la ermita de San Pantaleón de Losa, entre otras. En estos casos por el ímprobo trabajo de la Sociedad de Amigos de Villamorón, la Asociación Cultural Manapites, la Sociedad Cultural Puentipiedra de Villegas y la Asociación de Amigos de San Pantaleón de Losa, respectivamente.
De esta suerte, se están logrando mantener obras de arte universal, para beneficio de cualquier ciudadano del planeta que tenga la fortuna de conocerlas, pues contemplar el patrimonio cultural y artístico es una buena estrategia para incrementar integralmente nuestro nivel de salud.
En fin, todo ello acorde con una de las conclusiones del Consejo de la Unión Europea (26 de mayo del 2020), sobre gestión de riesgos del patrimonio cultural: “la cultura y la salud pública no son independientes, porque la salvaguarda y la gestión sostenible del patrimonio cultural son una fuente de resiliencia de la sociedad, porque la cultura es un verdadero motor de salud pública”.
Dr. Félix Martín Santos
Magnífica labor la que están realizando los de Rioseco, ejemplo en el que muchos nos fijamos. Aciertas plenamente, Félix, al centrar esta serie de artículos sobre la labor de las asociaciones. Se ha dicho, y con razón, que el patrimonio no son sólo piedras bien labradas, sino la historia de las generaciones de personas que habitaron a su sombra. Y también es la historia de quienes con sus desvelos lo mantienen y aseguran así su futuro. No es algo estático ni territorio exclusivo de académicos, es un ámbito en el que personas como tú, Félix, hallan gozo y sosiego; y haces mucho bien, Félix, al transmitirlo en tus artículos. Mil gracias por ello.
Muchísimas gracias, Amigos de Villamorón, por vuestra valoración. Sois auténticos adalides del asociacionismo y del micromecenazgo.
Un fuerte abrazo
Interesante la división del espacio entre hermanos conversos y hermanos oradores, y es que ni con la ayuda de Dios hemos sido capaz de ser todos iguales, reservando la virtud de igualarnos a la parca.
El arte y la historia pronto será cosa de “viejos” y de jóvenes trasnochados que no hayan caído en las redes de “las redes”, y a mi me parece que nada devuelve mas rédito que el tiempo paciente que se dedica al conocimiento, y nada contribuye más al enriquecimiento de la sociedad que las actitudes de mecenazgo divulgativo de personas como nuestro querido Felix.
Muchísimas gracias. Javi, por tus reflexiones y por tu generosa valoración. Siempre he considerado que el conocimiento y promoción de nuestro patrimonio cultural, natural y artístico, es una verdadera fuente de salud. Cuando menos, ayuda a mitigar el estrés, que tanto atormenta al ser humano. Dedicar tiempo a la contemplación e interpretación de obras de arte y naturales exhibe manifiestos efectos relajantes y, al tiempo, estimulantes.
Un fuerte abrazo
Muchos y grandiosos hechos son destacables en esta magnífica exposición:
La importancia encomiable de la labor realizada por voluntarios, Asociacionismo e Instituciones con sus espléndidos resultados, entre ellos salvar de la ruina el cenobio cisterciense de Santa María de Rioseco o el conseguir su declaración de BIC en 2019.
Los avatares por los que ha transcurrido el cenobio a lo largo de su dilatada historia, el análisis de sus estilos arquitectónicos, la función ejercida por sus diferentes edificaciones o dependencias.
Sin duda se trata de un tema apasionante muy bien expuesto y genialmente documentado con una serie de fotografías que nos ayudan a comprender y a disfrutar de la riqueza que encierra este gran conjunto monunental.
Es un ejemplo a seguir, que nos invita a conocer, valorar y colaborar en la conservación de nuestros bienes patrimoniales.
Curiosa la figura de los «donados»
Creo que una buena forma de terminar es reescribir la frase de nuestro dmirado doctor: » La cultura es un verdadero motor de la salud pública». Mil gracias por todo lo que nos das a conocer».
Muchísimas gracias, Inmaculada, por tu generosa valoración.
Un fuerte abrazo