Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón

Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón (Burgos): Fachada meridional
- Asentamiento romano
- Fundación medieval
- Señorío de los Velasco
- Concordia de 1491
- Catastro de Ensenada de 1752: información objetiva
- Real Chancillería de Valladolid: Demanda de separación en 1764
- Ocaso y despoblación
- Fuente romana
- Datación de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
- Descripción del exterior
- Husillos bilaterales y simétricos
- Portadas de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
- Ventanas con arcos apuntados de lanceta
- Óculos
- Rosetón: descripción
- Rosetón: simbología
- Relación con el rosetón de la fachada del Sarmental de la Catedral de Burgos
- Cabecera y torre de Santiago Apóstol de Villamorón
- Villamorinos, alias Cavilas
- Gárgola de Santiago Apóstol de Villamorón
- Descripción del interior
- Retablo renacentista del ábside
- Pequeño tesoro: Enlucido medieval fechado en grafito
- Planeamiento y diseño métrico
- Obra gótica con guiños románicos
- Asociaciones de Amigos del Patrimonio: imprescindible existencia
- Micromecenazgo cultural: fructífera inversión
- Asociación de Amigos de Villamorón
Introducción
La conservación y vigencia de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón (Burgos) constituye un admirable ejemplo de asociacionismo humano. Así, merced al impulso de la Asociación de Amigos de Villamorón se ha podido salvar de la ruina más absoluta uno de los primeros templos construidos durante los primeros balbuceos del gótico de la península ibérica: la iglesia de Santiago Apóstol.
Recuerdo que en otros artículos de este blog hemos descrito y valorado el Arco Conjuradero, el retablo mayor y la iglesia de Santa Eugenia de Villegas.
Acceso
Desde Burgos capital a Villamorón hay menos de una cincuentena de kilómetros (44 km), por lo que en coche tardaremos algo más de media hora. Tras recorrer unos pocos kilómetros por una de las rondas que circunvalan la capital, la BU-30, veremos a nuestra izquierda Villagonzalo Pedernales.
Momento en el que nos desviaremos, a nuestra derecha, para continuar por la autovía del Camino de Santiago, la A-231, hasta salir a la altura de Sasamón y a Olmillos de Sasamón. Ahora nos dirigiremos al primer pueblo (por la BU-P-4041) al que llegaremos en corto trayecto.
Una vez en Sasamón dejaremos, a nuestra izquierda, el trozo de muralla conservada y, más arriba, la imponente imagen de su iglesia de Santa María la Real. A continuación, accederemos a la carretera de Villadiego (BU-640), a nuestra derecha, a fin de recorrer los doce kilómetros que distan hasta Villegas. Al llegar a la plaza mayor de esta población, nos dirigiremos a la izquierda para recorrer el kilómetro que queda hasta Villamorón.
Aunque antes de emprender este corto trayecto, es fácil caer en la tentación de contemplar, a nuestra derecha, el singular Arco Conjuradero y la estilizada imagen de la iglesia de Santa Eugenia de Villegas.
Ya en el trayecto a Villamorón pasaremos al otro lado del río Brullés para, enseguida, llegar a nuestro objetivo.
Primera impresión
La primera vez que accedí a este solar obtuve sensaciones y percepciones ambivalentes, pues se mezclaron las de alegría y franco entusiasmo con las de pena y cierta melancolía. Las primeras, aparecieron nada más contemplar una iglesia de rotunda y elegante arquitectura, que deslumbraba y apabullaba al tiempo. Y que servía para congraciarme con aquellos hombres que concibieron y crearon tan notable obra de arte en los albores del gótico.
Las segundas, surgieron al ver, tras caminar un poco en derredor, las ruinas de gran parte del caserío, con sus adobes desmoronados, sus techumbres caídas, sus vigas desvencijadas, sin puertas que impidieran ver su interior cubierto por escombros y maleza.

Caserío arruinado de Villamorón. Al fondo, la iglesia de Santiago Apóstol
Historia
Asentamiento de Roma
Las tierras de Villamorón ya fueron holladas por los celtíberos (necrópolis en el pago de “El Peral”) y, más tarde, por los romanos. Como se desprende de los restos hallados (terra sigillata, teja curva y ladrillo) en el pago de “El Palomar”. Situado al noroeste junto a un pequeño arroyo, afluente del río Brullés. Además, aún permanece un testigo fiel de la ocupación romana: una fuente, construida para resguardar el manantial origen del arroyo junto al cual se descubrieron los restos anteriores.

Fuente romana de Villamorón
Por otra parte, el emplazamiento de la iglesia de Santiago Apóstol, en su ángulo suroeste, coincidió con un asentamiento romano. Como pudo comprobarse en los sondeos arqueológicos efectuados (entre el 2009 y el 2010) en el curso de la restauración dirigida por el arquitecto Antonio de la Fuente.
Fundación medieval
Tras la desaparición del imperio romano, aunque estos solares pudieron ser ocupados por el ser humano, no existen testigos documentales de poblamiento humano hasta mediados del siglo XIII. Cuando a propósito de una escritura de préstamos episcopales aparece por primera vez el nombre de “Villa Moro”. Que, según el gran medievalista castellano, Gonzalo Martínez Díez, equivaldría a “Villa de Mauronta”.
En los citados préstamos del obispado de Burgos, regido por don Aparicio (1247 a 1257), también se menciona a Villegas, aportando 50 maravedís en tanto que Villamorón pagó 42, más que los 12 que le cobraron a Villamayor de Treviño.
Basándonos en estos antropónimos, se tiende a considerar que, tras fundar Villadiego el conde Diego en el año 880, dos de sus hombres, Mauronta y Egas, fundaron los pueblos de Villamorón y Villegas, respectivamente, a ambos lados del río Brullés.
Siguiendo con las referencias documentales, durante el siglo XI se registraron otros pueblos del entorno de Villamorón: Villanoño (en 1068), Villamayor de Treviño (1071) y Villasidro (1085). En consecuencia, es bastante factible que tanto Villamorón como Villegas ya pudieran funcionar en esta época.
Tampoco se conoce a ciencia cierta la unidad territorial de tipo administrativo en la que pudieran encuadrarse nuestros pueblos, aunque Gonzalo Martínez Díez cree que podrían pertenecer al alfoz de Hormaza, ya en siglo XIII.
Precisamente durante el siglo XIII es cuando parece que se construyó la iglesia de Santiago Apóstol, según evidencian sus rasgos y elementos arquitectónicos, al igual que sus vecinas de Grijalba (Iglesia de Santa María de los Reyes) y de Sasamón (Iglesia de Santa María la Real).

Iglesia de Santa María de los Reyes de Grijalba (Burgos).

Iglesia de Santa María de los Reyes. Grijalba
Señorío de los Velasco
Entramos en el siglo XIV, cuando el territorio castellano estaba dividido en Merindades, estando nuestros dos pueblos, Villamorón y Villegas, incluidos en la de Castrojeriz. Forman parte de agrupaciones humanas de parentesco familiar, pues proceden de un único linaje, esto es, behetrías. Parece que ambos poblados dependían de los Villegas, poderosos señores, cuyo más ilustre antepasado fue Pedro Ruiz de Villegas. Repostero del rey Alfonso X, cuya función consistía en custodiar objetos propios del servicio del rey.
Ya bien pronto, Villamorón ve reducidos sus efectivos con respecto a Villegas, de uno a tres vecinos, pues en un impuesto real, la denominada martiniega, los de Villamorón pagaban el día de San Martín 90 maravedís mientras que los de Villegas abonaban 270.
Durante el siglo XV, el advenimiento de los Trastámara favoreció extraordinariamente a los Velasco, los cuales obtuvieron propiedades en nuestros dos pueblos. Uno de ellos, Sancho de Velasco, señor de Arnedo, señoreó y tiranizó estos lares, intentando imponer su voluntad en todo lance. De esta suerte, presionó para fusionar ambos pueblos por interés personal, que no para beneficio de unos u otros. No obstante, tal tiranía señorial fue bastante controlada por los Reyes Católicos.
Concordia de 1491
En cualquier caso, dado la sucesión de litigios entre ambos poblamientos durante las últimas décadas del siglo XV, las presiones particulares del señor de Arnedo, las limitaciones de uno, Villamorón, y el predominio creciente del otro, Villegas, fue preciso firmar una concordia el 13 de abril de 1491. En virtud de la cual se procedía al hermanamiento de Villamorón y Villegas, siendo gobernados, a partir de entonces, por un solo concejo o ayuntamiento, que se ubicaría en Villegas.
Pasaron los años y los siglos con una actividad productiva meramente agraria y, por tanto, muy vulnerable a situaciones meteorológicas adversas, como las sequías, las tormentas y los granizos. Por lo que los autóctonos de estas tierras adoptaron actitudes preventivas, algunas tan singulares como la conjura de las tormentas y la bendición de los aires, que el concejo encomendó a los párrocos locales.
Villegas es testigo de tales hechos, dado que todavía conserva un Arco Conjuradero, como antes mencionamos, junto al ayuntamiento y enfrente de la iglesia de Santa Eugenia. Se trata de uno de los cuatros Arcos Conjuraderos que aún subsisten en Castilla y León. Los otros tres son los de Poza de la Sal, también en Burgos; Cuenca de Campos, en Valladolid; Cojuelos de Ojeda, en Palencia.
Catastro de Ensenada de 1752: información objetiva
Durante el siglo XVIII aparece un personaje, el Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, que propició la elaboración de un Catastro para la contribución única. Que representa una de las mejores fuentes de datos para conocer las actividades productivas de los vecinos de todos los pueblos del país.
Con respecto a Villamorón y Villegas la información no tiene desperdicio, dado que merced a ella sabemos que forman parte de una Villa con dos barrios, pero con idéntica jurisdicción, fiscalidad, comunidad de pastos, agua, leña, y otros servicios. Ya no están sometidos al capricho de la nobleza, pues sólo dependen del rey.
Por este catastro de 1752 sabemos que su término tenía cuatro leguas y cuatro de contorno, necesitando cinco horas para recorrerlo. También nos ilustra sobre el tipo de cultivos: cereales trigo y cebada), lino y viñedos. Además, disponían de miel: 59 colmenas.
Tampoco andaban escasos de animales domésticos, pues se criaban todos, incluyendo los pavos (5 reales por unidad).
Además, disponían de médico, escribano y herrero, a los que pagaban 70 fanegas de trigo (unos 1.050 reales), 94 fanegas (1.400 reales) y 40 fanegas de trigo más 150 reales, respectivamente.
Los vecinos vivían con cierto desahogo, dado que su renta anual correspondía a 850 reales.
Como decíamos antes, su vida giraba en torno a los círculos agrarios, con un terreno predominantemente de secano, por lo que sus cosechas dependían de la bondad del tiempo.
Real Chancillería de Valladolid: Demanda de separación en 1764
Sin embargo, hay un momento en que los vecinos de Villamorón propugnaron por independizarse de Villegas, a fin de poseer concejo propio, con separación de sus términos, pastos y demás.
Fue durante el año 1764 cuando transmiten sus pretensiones a la Real Chancillería de Valladolid, mediante el pleito correspondiente. Fundamentan la demanda en una serie de agravios y vejaciones que habían sufrido por los de Villegas, en relación al gobierno, administración y otros aspectos económicos.
El caso es que los de Valladolid resuelven la disputa negativamente para los intereses y demandas de los villamoricos, dado que desde la Chancillería vallisoletana se les ordena que no modifiquen el acuerdo de 1491.
Ocaso y despoblación
Ya desde principios del siglo XIX, Villamorón experimentó una progresiva pérdida de habitantes que concluyó con la actual ruina y despoblación, aunque en 1950 aún vivían 149 personas en este pueblo y 476 en Villegas.
En el momento actual, en Villamorón sólo se yerguen algunas casas, ocupadas en verano y en fines de semana por los herederos de los últimos vecinos. Que se resisten orgullosamente a perder sus raíces, sus recuerdos heredados de mil años de historia en estos lares familiares.
Además, la contemplación de su extraordinaria iglesia de Santiago Apóstol es probable que sirva para aumentar su autoestima, la que seguramente animó a sus ancestros para formar durante el siglo XVI la Cofradía de Santiago, la cual no sólo fomentó el culto de este apóstol sino también el de otras devociones de tipo mariano, como “las cuatro festividades de la Virgen”, la de santo Tomás, santa Ana y la de las Ánimas.
Actualmente, se sigue conmemorando la festividad de Santiago Apóstol, momento que reúne tanto a oriundos como a foráneos amantes del arte, del patrimonio y de lo trascendente.
Bien cierto es que la Asociación de Amigos de Villamorón vela constantemente por la conservación y la promoción de esta magna obra de arte, estimulando diversos acontecimientos culturales para dinamizarla y revitalizarla.
Gracias a ellos se consiguió librarla de la ruina y de la más absoluta dejadez, como mencionamos al principio de este contenido. Además, como ejemplo de hermanamiento, los vecinos de Villegas también están implicados activamente en la conservación de ese recuerdo de sus antiguos vecinos.
Si caminamos un poco en dirección noroeste pronto accederemos a las antiguas bodegas, que parecen invitarnos a entrar, a nuestra derecha, sin puerta alguna que las guarde.

Bodega de Villamorón
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Fuente romana
Progresaremos unos pocos metros más, remontando una cuestecilla, para empezar a ver la citada fuente romana, a la que, en corto trecho, accederemos.
Se trata de una pila de unos dos metros cuadrados rodeada por una especie de caseta cuadrangular de sillería caliza, que tiene por techumbre una bóveda de cañón sostenida por un arco de medio punto con buenas dovelas. Lajas pétreas bien dispuestas cubren todo el conjunto, constituyendo una cubierta a dos aguas.

Fuente romana de Villamorón
La edificación romana no acaba ahí, pues el agua es conducida por un estrecho canal, labrado entre aplanados bloques de piedra, hasta desembocar en un estanque rectangular.
Este venero me recuerda mucho a la fuente romana de Lara de los Infantes, aunque ésta es más alta y airosa, sin evidencia de estanque alguno, con una cubierta a dos aguas construida con lanchas de piedra, más superpuestas que en armónica unión.

La fuente romana de Villamorón tiene por cubierta una bóveda de cañón sostenida por un arco de medio punto con buenas dovelas

Fuente romana de Lara de los Infantes (Burgos)
Datación de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
Entramos en un peliagudo y confuso asunto, pues hasta hace poco no existía una fecha de creación de este templo en la que coincidieran plenamente los investigadores y estudiosos de la misma. Algunos la consideraron de tipología románica (P. Serrano), otros pensaron que pertenecía a un románico tardío (B. Valdivielso). Varios creyeron que era una iglesia de transición del románico al gótico (F. Palomero y M. Llardia), alguno habló de templo protogótico (S. Andrés Ordax.) Incluso no faltó quien la incluyó en el gótico puro y avanzado (A. Bartolomé).
También es cierto que este conjunto de impresiones corresponde a personas que, si bien se maravillaron por la belleza de esta iglesia, no pasaron de la mera contemplación, esto es, no parece que efectuaran ningún estudio sólido sobre el terreno.
Primeros estudios rigurosos: Investigadores de la Enciclopedia del Románico de Castilla y León y el arquitecto Antonio de la Fuente
Hubo que esperar hasta principios de esta década para que los investigadores de la Enciclopedia del Románico de Castilla y León efectuaran el primer estudio de relieve sobre la misma. Así, Jaime Nuño González y su grupo fueron los primeros que hicieron una completa planimetría de la misma. Así como un estudio riguroso de este templo, que posteriormente publicaron (Primer tomo del románico de Burgos, páginas: 625 a 632, publicado en el año 2002).
Tras el mismo, consideraron que se trataba de un edificio de características plenamente góticas, que fecharon hacia mediados o segunda mitad del siglo XIII. Y en el que todavía perviven algunas formas arquitectónicas y decorativas del románico previo, lo que parece lógico, dado que un cambio de estilo no suele acontecer bruscamente.
Posteriormente se efectuaron una serie de obras de restauración y consolidación de este templo a cargo del arquitecto Antonio de la Fuente, lo que le permitió fijar la datación de la misma en el segundo cuarto del siglo XIII.
Investigación de la doctora María José Zaparaín
La Asociación de Amigos de Villamorón, para mejorar el conocimiento de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón, patrocinó la investigación de la doctora María José Zaparaín. Que concluyó, en junio del 2013, con la publicación del libro correspondiente: “Villamorón y el Templo de Santiago Apóstol. Más allá del Silencio”.
La completa lectura del mismo permite apreciar la rigurosa investigación efectuada por esta autora, tanto de la historia de estos pueblos como, sobre todo, de la obra artística. Merced a la misma, María José Zaparaín cree que gran parte de la construcción de este templo se realizó a partir del tercer cuarto del siglo XIII. Coincidiendo con el reinado de Alfonso X el Sabio (reinó entre 1252 y 1284), cuando cobraron un protagonismo especial los miembros del linaje de los Villegas. Con Pedro Ruiz de Villegas a la cabeza, el repostero del rey, como dijimos antes. No hay que olvidar que Villamorón, Villegas y Olmos de la Picaza estaban bajo la égida de los Villegas.
Esta doctora también coincide con otros autores (Elie Lambert) en que las obras de esta iglesia se prolongaron hasta el siglo XIV. Como puede desprenderse de las relevantes diferencias materiales y constructivas observadas en las zonas de cierre de la fábrica.
Relación con las iglesias fernandinas de Córdoba
También Zaparaín rebatió la teoría que atribuía un notable ascendiente de Villamorón en el diseño y construcción de las denominadas iglesias fernandinas de Córdoba. Las cuales empezaron a construirse a finales del siglo XIII, perteneciendo la mayoría a la decimocuarta centuria. Para ello se basa en que todas las iglesias cordobesas carecen de cabecera plana, un hecho distintivo de Santiago Apóstol.
Además, “la tipología de los arcos y pilares guarda ninguna correspondencia con nuestro templo, pues mientras éste fue pensado desde un principio para cubierta abovedada, las iglesias cordobesas se cerraron con armadura de madera. Sus similitudes se reducen a la apertura de tres portadas y a la composición del hastial de los pies presidido por un bello rosetón”, argumenta la investigadora.
Esta investigadora opina que las semejanzas observadas entre la iglesia de Villamorón y las cordobesas se deben más al influjo que tuvieron, una y otras, de los edificios de la capital burgalesa, esto es, del monasterio de las Huelgas y de la Catedral.
Descripción de la obra artística
Para seguir un cierto orden, primero me voy a centrar en la parte externa, recientemente restaurada y consolidada, para luego describir brevemente el interior.

Iglesia Santiago Apóstol. Vista sureste

Iglesia de Santiago Aóstol. Villamorón. Vista suroeste
Descripción del exterior
Enseguida observaremos un alargado templo, rectangular, constituido por tres naves longitudinales, con una central muy destacada, superando en altura y anchura a las laterales, sin transepto o nave transversal, y con una cabecera cuadrada y plana, sin ábsides redondeados. La fina horizontalidad se rompe por la presencia de una vigorosa e inhiesta torre, que se alza sobre la capilla mayor, pareciendo un faro en medio de la vasta llanura circundante.
Tanto en los muros de la capilla mayor como en los de las naves laterales se observan contrafuertes. Que, aunque de raigambre románica, tienen vertedores con forma de chaflán, de datación más tardía, remate que se repite en los contrafuertes en esquina. Toda la obra está construida con sillería caliza, bien tallada y dispuesta.
La techumbre es de teja, con una sola vertiente sobre las naves laterales y a dos aguas en la nave central.
Por el lado meridional existe una cerca, construida posteriormente, que rodea y protege el recinto por este flanco, mas dejando dos anchos arcos de medio punto, a fin de facilitar el acceso. También por este lado abierto al sur pude verse por delante de la cabecera lateral (nave de la epístola) una sacristía de concepción y elaboración posterior, que se adhiere y tapa la parte inferior del flanco meridional de la torre.

Santiago Apóstol de Villamorón: husillo meridional, sacristía, torre.

Santiago Apóstol de Villamorón: Fachada septentrional
Husillos bilaterales y simétricos
Las naves laterales están divididas en cuatro tramos, incluyendo el que sirve de cabecera colateral, existiendo entre este último y el inmediatamente precedente un husillo circular que se repite en ambas naves laterales. Su presencia bilateral o simétrica parece representar un esfuerzo por dotarle de más armonía y originalidad a esta soberbia iglesia. Pues lo usual es ver sólo un husillo, el que se necesita para ascender por su escalera interior a la torre contigua.

Husillo septentrional de Santiago Apóstol (Villamorón)

Husillo meridional de Santiago Apóstol

Vista occidental de Santiago Apóstol: rosetón, torre y husillos simétricos
Los miembros de la Enciclopedia del Románico (Fundación de Santa María la Real de Aguilar de Campo) apreciaron que ambos husillos no rebasaban la altura de las naves laterales Como mostraron en las fotos que efectuaron a tal efecto. En cambio, María José Zaparaín observó, durante su investigación, que ambos husillos se habían elevado en altura durante la restauración previa, rebasando significativamente la de las capillas laterales. Una actuación, cuando menos, controvertida.
Portadas de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
Esta iglesia posee tres portadas: la occidental y la septentrional están tabicadas y cegadas, siendo la meridional la que sirve de acceso.
Portada meridional
La portada abierta al sur, al igual que la del norte, sobresalen de la línea del paramento lateral, resguardadas por un tejaroz cuya altura no rebasa la de las naves laterales. Su cornisa deja ver canecillos de morfología similar a los del resto de la construcción, de formas geométricas, bastante parecidos a los observados en la época románica previa.

Portada meridional

Portada meridional. Santiago Apóstol Villamorón
Esta portada meridional destaca por su notable relieve, con seis arquivoltas apuntadas, de las que la más interna está constituida por dovelas de forma cuadrada, en tanto que las restantes están molduradas a base de boceles y medias cañas.
Unas sencillas pilastras escalonadas sustentan el peso de las arquivoltas. En tanto que sirve de línea de divisoria, entre unas y otras, una línea de imposta con moldura de nacela (su inicio cóncavo y vertical se remata en un cuarto de cilindro convexo).

Inscripción flanco este portada meridional.
Inscripción memoria funeraria
Según accedemos por esta portada abierta al mediodía, podemos ver a nuestra derecha una inscripción con una memoria funeraria, de compleja interpretación. Jaime Nuño González y colaboradores, de la citada Enciclopedia del Románico, al intentar interpretar su significado, señalaron que la rugosidad del soporte de piedra hace que la traza sea muy irregular y un tanto confusa.
Así, se aprecian unas letras muy marcadas y otras levemente, alternancia de mayúsculas y minúsculas, gran parte de las palabras no están separadas, letra con formas angulosas, casi visigóticas, etc.
A pesar de estas limitaciones, estos investigadores se atrevieron a leer tal grafía, como sigue:
ANNO MILLIS (I)MO
OPCCMO SEISAG(es)IMO
PRIMO NONAS DECE (m)BR (I)S OBIT
DIE SANT NICOLAI
FVIT SEPULTA MARI
ANE [C]A[P]TE[S]A
Con este material, procedieron a efectuar la siguiente interpretación:
“En el año milésimo (y) ducentésimo sexagésimo primero (1261) el día de las nonas de diciembre murió Mariana… y fue sepultada el día de San Nicolás”.
Algunos detalles le hacen pensar en el siglo XIII. Véase, la letra escrita en latín, pues a partir del siglo XIV los epígrafes funerarios se escriben en castellano. Al igual que el hecho de que los días se indiquen mediante nonas.
Portada septentrional
La portada expuesta al norte de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón también se muestra sobre un cuerpo sutilmente avanzado y deja ver un arco apuntado que se apoya sobre dos estrechas columnas culminadas con dos capiteles ornamentados con planas hojas enrolladas en sus extremos. Entre uno y otras aparece una fina línea de imposta. Aunque el vano está tabicado, estos sencillísimos capiteles representan un pequeño detalle decorativo que no se aprecia en la portada meridional.

Portada septentrional de Santiago Apóstol

Capitel portada septentrional. Santiago Apóstol
La cornisa que remata el cuerpo avanzado que aloja la portada al igual que la de los otros cuerpos de la nave lateral septentrional está sostenida por una serie de vigas rematadas en canecillos de formas geométricas, excepto uno exhibe una cruz patada. Esto es, con cuatro brazos iguales, como las griegas, pero con los extremos ensanchados, incluida en un círculo. Encima del cual se muestra otro, englobando una imagen geométrica: tres rectas que convergen y se cortan en el centro del círculo, como una flor o quizá los rayos del sol.

Canecillo en cornisa nave lateral septentrional de Santiago Apóstol
Portada oeste
La portada occidental es la más sencilla de las tres, pues se muestra al mismo nivel del paramento, con un arco apuntado, aunque al estar absolutamente cegada no podemos saber su verdadera estructura.

Portada occidental de Santiago Apóstol
Sistemas de iluminación y ventilación de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
Ventanas, óculos y un rosetón representan las diversas formas por las que penetra la luz y se consigue cierta ventilación.
Ventanas con arcos apuntados de lanceta
Las ventanas que se observan en este templo son de arco apuntado triple, cuyos radios son mayores que su luz, constituyendo los denominados arcos apuntados de lanceta. Su parte inferior, la que corresponde al alféizar, se remató mediante un corte oblicuo para quitarle una arista (chaflán) y hacerlo más decorativo. Además de facilitar la caída del agua de lluvia, quedando, pues, biselado o achaflanado.

Ventana con arco apuntado de lanceta en flanco este de la torre

Vano de lanceta en nave colateral meridional de Santiago Apóstol Villamorón

Ventana triple arco apuntado de lanceta. Fachada occidental de Santiago Apóstol
Este tipo de ventanas se distribuyen por los paramentos de la cabecera, central y colaterales. También aparecen en los paramentos de las pequeñas naves laterales. Aunque en este caso, no aparecen en el tramo central de las mismas, dado que en él se sitúan las portadas.
En la cabecera orientada al norte (la del Evangelio, llamada así hasta la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II) se puede ver que la ventana ubicada en su lado más septentrional está tabicada.
Estas ventanas de lanceta guardan bastante parecido con las de iglesia de la Real y Antigua de Gamonal, sita en la ciudad de Burgos.
Óculos
La mitad superior de la nave central, la que se hace visible por encima de la altura de las laterales, exhibe óculos lobulados, con cuatro foliolos en los tres cuerpos de su flanco norte. Si nos fijamos en el flanco meridional, veremos también tres óculos. El primero, el más occidental, no está bien rematado, mientras que el tercero, el más próximo a la torre es trifoliado, como un trébol. Aunque, el mejor elaborado es el del centro, pues sus cuatro círculos convergen armónicamente en el centro.
En la fachada septentrional, el óculo más oriental tampoco está bien rematado, el del medio está más conseguido, en tanto que el más occidental es donde el escultor se esmeró más, por dotarlo de más simetría y estilización en la disposición de sus cuatro círculos.

Óculos del flanco norte de la nave central. Santiago Apóstol

Óculos del flanco meridional nave central
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Si permitimos que nuestra mente discurra por los derroteros de la simbología, podríamos decir que el trébol representa a la Santísima Trinidad. Mientras que el número cuatro, el de los óculos cuadrifoliados, representaría el equilibrio material y espiritual, pues cuatro son los elementos de la antigüedad, los puntos cardinales, los evangelistas, las estaciones del año y las virtudes cardinales.
Es preciso mencionar que tanto en el triforio como en el claustro de la catedral de Burgos se observan óculos cuadrifoliados, mientras que los trifoliados pueden observarse también en el triforio de esta catedral.

Óculo trifoliado nave mayor o central
Rosetón de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
En la fachada occidental se halla la mayor fuente de luz de esta iglesia: el rosetón. El cual está decorado mediante arcos apuntados y círculos similares a los óculos cuadrifoliados, dispuestos en una triple serie concéntrica. El espacio más externo muestra semicírculos lobulados, el del centro exhibe arcos apuntados cuyo vértice se engarza entre los espacios que dejan los anteriores, en tanto que su base se acopla en los citados óculos cuadrifoliados.
Como apunta María José Zaparaín en su libro, en este rosetón se combinan armónicamente los dos tipos de ventanas existentes en el templo, las circulares y las de arco apuntado, las redondas y las angulosas. Quizá para dotarlo de cierto simbolismo, acentuando el valor de la luz como principio unificador.

Vista exterior del rosetón

Rosetón Santiago Apóstol de Villamorón (Burgos)

Rosetón de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón: visión interior
Simbología del rosetón
Aunque si de simbología hemos de hablar, me parece más tentador utilizar la magia de los números. Efectivamente, en este rosetón se observan doce óculos superpuestos con otros doce arcos apuntados. Veamos el valor simbólico de este número.
El doce es considerado un número dúo perfecto, pues la suma de todos sus factores propios pares, dos, cuatro y seis, es igual a doce.

Vista interior del rosetón. El 12 es símbolo de la iglesia universal , número dúo perfecto, número solar por excelencia
Por otra parte, simboliza a la iglesia universal mediante la representación de sus doce apóstoles. Aunque también a las doce tribus de Israel, las doce puertas de Jerusalén Celeste, los doce meses del año o signos zodiacales, frecuentemente representados en iglesias románicas y catedrales góticas, doce frutos del árbol de la vida…
Por todo lo anterior, es considerado el número solar por excelencia y una cierta referencia de la cultura mediterránea, símbolo del origen cósmico, de la perfección y de la unidad.
Desconozco si los autores de este rosetón pretendieron otorgarle tal carga simbólica durante el diseño y ejecución del mismo, pero la idea me parece seductora.
Tampoco quiero soslayar la clásica interpretación del rosetón como símbolo de la Virgen María, por adoptar la forma de una rosa, al tiempo que símbolo de Jesucristo por ser la mayor fuente de luz.
Relación con el rosetón de la fachada del Sarmental de la Catedral de Burgos
María José Zaparaín señaló que el esquema compositivo del rosetón de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón guardaba un cierto parecido con el de la fachada del Sarmental de la catedral de Burgos, aunque la talla y la filigrana no fueron tan afortunadas.

Rosetón fachada del Sarmental. Catedral de Burgos
El rosetón catedralicio muestra cuatro círculos concéntricos de vanos felizmente trazados. El interno exhibe diez semicírculos, el del medio muestra diez óculos cuadrifoliados, el tercero deja ver veinte alargados vanos. En los que se combina la línea recta de sus largos lados con la redondeada de los cortos lados, de los que el más interno y estrecho parece un medio arco peraltado, engarzando con los óculos centrales mientras que el más externo y ancho adopta una forma de semicírculo trilobulado, que, en realidad, correspondería al cuarto círculo concéntrico, el más periférico.
En este bellísimo rosetón son diez los vanos que aparecen en los óculos centrales, una cifra que los amantes de la simbología relacionan con la perfección y retorno a la divinidad, pues resulta de la suma de los cuatro primeros dígitos y, además, es el número de los mandamientos de las Tablas de la Ley.
A mi entender, el rosetón de la catedral burgalesa ejerció más influjo en el diseño del rosetón de la vecina iglesia de San Esteban, pues su traza y diseño son muy parecidos. Aunque los veinte vanos del tercer y cuarto círculo de esta última iglesia muestran cierta desigualdad en sus proporciones.

Rosetón de la iglesia de San Esteban
Cabecera y torre de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
La cabecera de la nave central se alza originando una vigorosa torre que aúna esbeltez con sobriedad. Es un elemento distintivo de este templo que acrecienta su monumentalidad y su originalidad, dado que se eleva sobre el presbiterio. Un lugar excepcional, pues es más común que las torres se yergan en la fachada occidental, en los pies de la iglesia, o en el espacio previo al presbiterio, sobre el crucero. Incluso, a veces, pueden verse sobre falsos cruceros, también por delante de la cabecera. Como acontece en iglesias plenamente románicas como las del El Almiñé, San Pedro de Tejada y Valdenoceda. Las tres ubicadas en el valle de Valdivielso, así como las burebanas de Monasterio de Rodilla y Soto de Bureba.
Valoración de investigadores de la Enciclopedia del Románico
Los de la Enciclopedia del Románico en Castilla y León cuando describen esta torre la dividen en cuatro cuerpos desiguales, no sobrepasando el inferior la altura de la sacristía anexa en tanto que el segundo cubre la altura de las naves laterales y acaba mediante una línea de cornisa. El más modificado es el cuerpo superior, el que alberga las campanas, visibles por los flancos oriental y septentrional de la torre.

Ángulo sureste de la torre. Santiago Apóstol. Villamorón
Valoración de María José Zaparaín
Sin embargo, para María José Zaparaín está constituida por dos grandes cuerpos, el inferior alcanza la misma altura que las naves laterales. Mientras que el segundo tiene una parte más noble, con buena piedra de sillería, que llega hasta la altura de la capilla mayor. Así como una parte de menos calidad constructiva, de mampuesto, que alberga los vanos de las campanas. Ambos están limitados por una línea de cornisa, bajo la cual puede verse un elemento decorativo: una sucesión de arquillos ciegos apuntados, sostenidos por pequeñas ménsulas de formas diversas.

Flanco oriental de la torre de Santiago Apóstol. Villamorón

Arquillos ciegos del flanco oriental torre iglesia Santiago Apóstol. Villamorón
Los autores de la Enciclopedia del Románico (Jaime Nuño González y colaboradores) ya indicaban en su descripción de este templo (2002) que los arquillos son un recurso decorativo. Como el que luce en edificios tan singulares como el monasterio zamorano de Moreruela o el de las Huelgas de la capital burgalesa. Incluso ven semejanzas con templos más modestos como el de la iglesia románica de San Lorenzo de Vallejo de Mena. También opinan que pudieran ser una evolución de los arquillos de medio punto ubicados bajo el alero de bastantes edificios. Véase, el emblemático monasterio de San Pedro de Arlanza, aunque ya con diferencias sensibles.
Detalles del primer y segundo cuerpo de la torre
El primer cuerpo del flanco este de la torre está dividido en dos partes. Una inferior, ciega; y una superior, que exhibe una ventana de lanceta de triple arcuación, con su alféizar achaflanado, especialmente manifiesta en el lado oriental. La existente en el flanco septentrional está tabicada.

Cara norte de la torre de Santiago Apóstol. Villamorón.
En el segundo cuerpo puede verse, por sus flancos meridional y septentrional, una cornisa en nacela sostenida por canecillos geométricos. Se muestra por encima del contrafuerte más oriental y por debajo del occidental.
Existe un detalle que incrementa la belleza y elegancia de esta torre: en sus ángulos se disponen contrafuertes con vertedores achaflanados.
Cabecera plana
Es preciso remarcar que la cabecera es plana, tanto en la nave central, la correspondiente al flanco oriental de la torre, cuanto las de las naves laterales.
Cabeceras planas no son raras, pues pueden observarse en edificios románicos y, sobre todo, en los monasterios del Císter. De la época en la que se cree actualmente que pudo construirse nuestra iglesia (siglo XIII) existen ejemplos en la provincia burgalesa como la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal (Burgos capital) así como en la existente en la iglesia del Monasterio de Santa María de Rioseco.
Villamorinos, alias Cavilas
La originalidad de la torre de Santiago Apóstol, fiel reflejo de la pericia del arquitecto responsable, ha influido decisivamente para que a los villamorinos se les distinga con un apodo o alias: Cavilas. Sí, porque mucho hubo que cavilar para emplazar la torre sobre el presbiterio.
Así me lo relató, por primera vez, Pedro Moreno, cofundador y primer presidente de la Asociación de Amigos de Villamorón. Posteriormente, otras personas me lo volvieron a referir, como Javier Varona: “Félix, me ha dicho mi mujer, natural de Villamorón, que el apodo que más enorgullece a sus paisanos es el de Cavilas. Que no se te olvide mencionarlo, por favor.”
Después, me explicó la causa de tal alias. La misma que poco antes me había contado Pedro.
Gárgola de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón
Siempre que contemplo esta iglesia suelo recrearme con la contemplación de la única gárgola que atesora. La existente entre el husillo meridional y el alero de la techumbre de la cabecera colateral abierta al sur. Consigue transmitir el semblante grotesco y un tanto monstruoso de cualquier gárgola que se precie como tal, pero fusionando con gracia y acierto rasgos humanos y animales.

Gárgola iglesia de Santiago Apóstol Villamorón (Burgos)
Su contemplación de frente o de perfil es realmente impresionante, pues nos observan unos ojos almendrados y exoftálmicos, englobados en poderosas órbitas, bajo los que se intuyen unos pómulos sutilmente alargados. El aire le entra por una nariz recta, bien esculpida, dejando ver las ventanas nasales separadas por un visible tabique. Dos grandes fauces o arcadas dejan ver poderosos dientes, ocluidos en su mitad posterior y separados en su parte anterior para expulsar el agua de lluvia, a fin de que no erosione ni deteriore la piedra subyacente. Unas orejas puntiagudas le confieren un aspecto fiero y demoníaco.

Gárgola de perfil

Poderosas fauces. ojos almendrados y fieros

Gárgola con irreverente ménsula. Santiago Apóstol. Villamorón
Funciones de las gárgolas
Convencido estoy de que esta gárgola expresa como pocas las tres funciones que las caracteriza. La práctica y útil, de servir de desagüe y sumidero de aguas de lluvia para evitar humedades malsanas que pudieran deteriorar el edificio pétreo, antes mencionada. La estética u ornamental, que, a mi entender, cumple con creces esta gárgola; y la simbólica, que analizaremos en las siguientes líneas.
Entre las diversas interpretaciones existentes hay dos que me parecen muy seductoras. Una, las que las identifica como guardianes de la iglesia, símbolos mágicos que alejan al diablo. Otra, en cambio, las asimila al propio demonio, que recuerda al cristiano que debe ser un devoto seguidor de los preceptos religiosos, con objeto de no caer en el fuego del infierno.
Quizá la segunda interpretación es la que justifica la representación de dragones y otros signos demoníacos como orejas animales puntiagudas, colmillos, barbas, alas membranosas, la cola, pies en forma de patas con garras…
En nuestra gárgola sí que vemos orejas largas y puntiagudas, poderosos colmillos, ojos que parecen emitir fuego y un semblante fiero en exceso. No vemos, en cambio, alas membranosas ni otros atributos de dragón, probablemente porque el artista sólo ha esculpido la cara y un largo y desnudo cuello.
Sin embargo, si nos fijamos en las gárgolas de la catedral burgalesa veremos un amplio repertorio de dragones y seres monstruosos.

Gárgolas Catedral de Burgos. Fachada occidental.

Gárgola Catedral de Burgos. Flanco septentrional

Gárgola con ménsula clerical «desnuda». SAntiago Apóstol. Villamorón
Detalle singular de la gárgola de Santiago Apóstol de Villamorón
Aunque en la gárgola de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón existe un detalle que realmente me ha subyugado: la pequeña ménsula en la que se apoya. Parece una figura humana que nos muestra irreverentemente su trasero, con la línea interglútea que separa dos poderosas nalgas. Para más escarnio, al escultor no se le ocurrió otra cosa que cubrir la espalda y la cabeza con el sombrero de un clérigo, parecido a un capelo cardenalicio. Tal rotunda figura parece estar con las rodillas flexionadas, apoyándose un tanto acrobáticamente sobre unos pequeños pies.
¿Qué pretendía el escultor con esta representación?
A lo mejor deseaba recordar a los que la contemplaran que nadie está libre de pecado, ni siquiera los clérigos. Los que precisamente deben combatirlo con sus prédicas y buen ejemplo. Quizá fuera entonces cuando Belcebú alcanzaría la excelencia. A bastantes les tentaría con la lujuria, a muchos lo haría con la gula, a unos cuantos con la soberbia. Sí señor, un trabajo bien hecho.

Clérigo mostrando sus nalgas al espectador con un capelo como único ropaje.Ménsula gárgola Santiago Apóstol Villamorón
En la catedral de Burgos he llegado a ver y a fotografiar una gárgola humana, vestida con una especie de túnica con pliegues, que más parece una sotana, con la cabeza cubierta con una capucha y acercando su mano derecha a la testa.

Gárgola humana Catedral de Burgos. Fachada ángulo noroeste fachada Santa María
Descripción del interior
Nada más sobrepasar el umbral de la puerta nos llama la atención la luminosidad y la elegancia de las formas arquitectónicas. Así, apreciaremos tres naves, la central mucho más alta que las laterales, con bóvedas de crucería simple, soportadas por arcos ojivales, flanqueados por boceles y medias cañas. Visibles tanto en los arcos formeros (los paralelos al eje longitudinal de la nave que sostienen los muros superiores de separación de la nave central con las laterales) como en los perpianos (dividen transversalmente en tramos las bóvedas de crucería).

Interior de la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón. Vista desde el coro.

Interior Santiago Apóstol

Crucería siglo XIII con pinturas de época posterior. Santiago Apóstol
El peso de las bóvedas pétreas, distribuido por los arcos citados, descarga sobre un sólido sistema de soportes a base de pilares recorridos por columnillas, con doce dispuestas en el tramo anterior a la cabecera.
Las basas surgen de un zócalo rectangular para las columnas de los muros laterales en tanto que es octogonal en los pilares de la nave mayor. A su vez, sobre este zócalo descansa un plinto rectangular independiente para cada columnilla, que se apoyan directamente sobre basas semicirculares.

Pilares con columnillas apoyadas en zócalos. Santiago Apóstol
Las citadas columnas rematan en capiteles vegetales, con predominio de tallos entrecruzados, hojas con volutas, rosetas o frutos y, en algún caso, expresivos mascarones.

Expresivo mascarón. Santiago Apóstol. Villamorón
Llama la atención la presencia de tres arquillos ciegos sobre el paramento interno de la nave lateral septentrional, sutilmente apuntados, que apoyan sobre dobles columnas rematadas en capiteles de cestas lisas.

Tres arcos ciegos sobre el paramento interior de la nave lateral norte. Santiago Apóstol (Villamorón)
Retablo renacentista de San Joaquín y Santa Ana
El retablo renacentista de San Joaquín y Santa Ana se encuentra actualmente en el museo del retablo, ubicado en la iglesia de San Esteban de Burgos, capital. El que desee observarlo tiene un buen motivo para visitar este notable museo. El cual fue concebido para acumular obras de arte susceptibles de robo y expolio, al estar en templos de pueblos abandonados o con pocas medidas de seguridad.
Además del retablo dedicado a San Joaquín y Santa Ana, se exhiben en la iglesia de San Esteban otras obras artísticas de Santiago Apóstol: una excelente talla de Cristo Crucificado (s. XIII), una Piedad y una cruz procesional.

Retablo de San Joaquín y Santa Ana. Santiago Apóstol (Villamorón).

Santiago Apóstol a caballo. Retablo de San Joaquín y Santa Ana. Villamorón
Pequeño tesoro: Enlucido medieval fechado en grafito
Este templo esconde un verdadero tesoro, la fecha en romance de la conclusión del pincelado medieval que decoró el enlucido de los paramentos interiores, con línea roja, inscrita con grafito sobre dos falsos sillares, ubicados en la superficie del paramento septentrional, con el que se cegó su portada norte.

Grafito histórico en Santiago Apóstol de Villamorón: “Esta iglesia se pinceló y lució. De 1478 años, primero día de agosto”.
El mérito de este “descubrimiento” se debe a José Miguel Lorenzo Arribas, experto en el tema (grafitos históricos), que publica periódicamente artículos de gran relieve en el Centro Virtual Cervantes sección de Patrimonio histórico Rinconete.
Así, en literario hipérbaton, José Miguel, nos traduce este texto en su artículo (26 de mayo del 2021):
esta igle(s)ia se pinçalo [… e lu]
z(i)o de mill e cccc e lxxviii ann
> os p(ri)mero dia de agosto.
«Esta iglesia se pinceló y lució. De 1478 años, primero día de agosto».
Además, José Miguel Lorenzo, nos descubre un excepcional hecho: “Los dos «dibujos» laterales que enmarcan el texto, distintos entre sí, recuerdan a los signos notariales que, junto con la firma y rúbrica del escribano o notario, validaban el documento, asegurando su autenticidad. De ser así, sería un uso inédito el utilizarlos en un soporte parietal.”
Este experto también aprecia otro significativo detalle, como sigue: “Los oficiales escogieron los cálidos días de verano para acometer tan importante obra, en la que debieron ocupar varias semanas. Así, el tendido diario del enlucido podría ir secando en un tramo mientras se iban iniciando otros, para luego, al temple (no al fresco) aplicar la pintura roja sobre una línea-guía previamente incisa que hoy podemos ver.”
Es una lástima que este emblemático templo, construido en el tercer cuarto del siglo XIII, se beneficiara de sólo dos enlucidos (básicamente, poner una capa de yeso a las paredes): el mencionado, de 1478; y otro, de 1800, según revela el libro de fábrica.
El medieval, ciertamente meritorio, imitando a sillares, delimitados por fina línea roja; el posterior, de 1800, menos delicado, sobre el que se plasmaron diversas pinturas en bóvedas y en algunos paramentos.
Planeamiento y diseño métrico
Antonio de la Fuente, el arquitecto responsable de la reciente restauración, ha llegado a precisar que este edificio se construyó mediante plantilla de cuadrados cuyo módulo coincide con la longitud de una “perche ordinaire”.
Se trata, pues, del pie real de París, empleado en la Francia medieval, de forma que una perche ordinaire equivale a 20 pies (entre 32,5 y 32,7 cm). Así lo recoge en la memoria del proyecto de restauración de la Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón, depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León (Burgos).
Obra gótica con guiños románicos
Tanto María José Zaparaín como Jaime Nuño González creen que en esta iglesia se aprecian elementos de tradición románica. Como los arquillos ciegos observables en los tres muros de la cabecera, el aspecto de los canecillos de las cornisas de las naves. Así como la presencia de un banco corrido en muchos sectores de los muros perimetrales del interior. Al igual que la robustez de los pilares o detalles como las ménsulas con mascarones o monstruos de grandes fauces que degluten un animal.
Sin embargo, el edificio posee aspectos plenamente góticos, como el interés por la iluminación, con sus tres ventanas abiertas en los frentes y el notable rosetón. Así como la esbeltez de la nave mayor, el tipo de bóveda o los pilares cilíndricos con columnillas que se rematan en capiteles individualizados. Dispuestos en planos diagonales para recibir mejor los nervios de las cubiertas, cuyo modelo se halla en los tramos de los pies de la Catedral de Burgos. También es de tipología absolutamente gótica la presencia de los elegantes arcos apuntados, parecidos a los del monasterio de las Huelgas o de la propia Catedral.
Asociaciones de Amigos del Patrimonio: imprescindible existencia
No puedo concluir este largo contenido sin dejar de mostrar mi más profunda admiración por las diversas asociaciones de amigos del patrimonio existentes en España, pues merced a su labor podemos contemplar y hacer uso de obras artísticas de relieve. Que de otra manera muy probablemente se hubieran perdido, lo que sería un verdadero delito cultural, ya que no podríamos legar una excelente fuente de salud a las generaciones futuras del planeta.
Mi más profunda admiración y cariño para los miembros de la Asociación de Amigos de Villamorón, los de la Asociación de Amigos de San Pantaleón de Losa, los de la Asociación para el Desarrollo de Tierra de Lara y los miembros de la Asociación Cultural Puentipiedra de Villegas, entre otros muchos ciudadanos anónimos que se juntan para crear Asociaciones de tanta valía.
Me complace recordar que Castilla y León tiene el honor de ser una de las regiones del mundo con más Bienes Culturales Patrimonio de la Humanidad, con ocho bienes. Tales lugares gozan de una protección especial en virtud de la cual deben ser preservados y dados a conocer por su importancia cultural, histórica o natural, pues representan una verdadera herencia para la humanidad.
Sin embargo, parte del mundo desconoce que el número de obras de arte de calidad contrastada que pueblan este territorio peninsular es absolutamente asombroso. Por ello es fácil de entender que las necesidades de consolidación, restauración y mantenimiento de tanto patrimonio son de tal envergadura como para que los poderes públicos sientan verdadero vértigo a la hora de afrontarlas y sufragarlas. Dada la desproporción entre unos recursos limitados y unas necesidades tan amplias.
Micromecenazgo cultural: fructífera inversión
Según mi criterio, la conservación fructífera del Patrimonio Cultural requiere de la colaboración público-privada, mediante plataformas de micromecenazgo cultural, a base de pequeñas donaciones de particulares. Con deducciones de hasta el 80% de los primeros 150 euros invertidos, en la declaración de la renta.
De esta suerte contribuiríamos a satisfacer parte de las necesidades restauradoras que los poderes públicos, por sí solos, no satisfacen. Se trata de una posibilidad real, sostenible y de futuro, que permitiría salvaguardar el patrimonio más vulnerable, el de la España Vaciada. En la que existen numerosas obras de arte de extraordinaria valía, como la iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón (Burgos).
Por ello, son muy necesarias asociaciones que tienen como objetivo fundamental la defensa, salvaguarda y puesta en valor del Patrimonio Cultural y Natural español, como Hispania Nostra.
Asociación Amigos de Villamorón
A veces, la llama que prende el fuego del asociacionismo es tan peculiar como la que sirvió para crear la Asociación de Amigos de Villamorón. El lamento de un escritor, Oscar Esquivias, por el deterioro progresivo de la iglesia de Santiago Apóstol, suscitó el interés de un profesor de instituto, Pedro Moreno. Que no tardó en aliarse con el párroco local, Santiago Orcajo, para buscar amigos tanto entre los habitantes de Villegas y oriundos de Villamorón como entre los de otras partes de la provincia y Comunidad.
De forma que, una vez asociados, impulsaron el proceso de rehabilitación de las iglesias declaradas Bien de Interés Cultural de las villas del Brullés: Olmillos de Sasamón, Sasamón, Santa Eugenia de Villegas y Santiago Apóstol de Villamorón.
Así, junto a los miembros de la Asociación Cultural Puentipiedra, contribuyeron decisivamente a que la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León incluyera el proyecto cultural de las villas del Brullés dentro de las actuaciones desarrolladas según los criterios del Plan PAHIS (plan PAHIS 2004-2012 del Patrimonio Histórico de Castilla y León).
En lo que a la iglesia de Santiago Apóstol respecta, primero contribuyeron decisivamente a la consolidación y restauración del exterior de los paramentos verticales, cubiertas y rosetón. Actualmente, tras una feliz campaña de micromicenazgo, se está restaurando el interior de los paramentos verticales, el coro y la estructura (entablamento) del retablo mayor.
Además de organizar y promocionar regularmente diversas actividades culturales en el interior del templo, los miembros de la Asociación Amigos de Villamorón se multiplican para abrir, ventilar, limpiar y adecentar el citado templo de Santiago Apóstol.
En fin, cuanta más gente se una para tan necesarios fines, mayores serán las posibilidades de éxito, esto es, de conservar y promocionar un patrimonio que, aunque próximo, no deja de ser universal.
Dr. Félix Martín Santos
Impresionante trabajo
Muchísimas gracias, Javier, por tu valoración.
Un abrazo
Muchísimas gracias, Félix, por tu actualización del artículo que tiempo atrás dedicaste a la monumental iglesia de Santiago Apóstol, de Villamorón, en el municipio de Villegas, al oeste de la provincia de Burgos. Y asimismo mil gracias por tu apoyo constante a nuestro trabajo. Actualmente, se están llevando a cabo obras muy necesarias para restaurar el coro y otros elementos del interior del citado templo tras la campaña de micromecenazgo con Hispania Nostra. Después de Reyes retomaremos las visitas guiadas a dichas obras, a las que estás invitado, al igual que todas las personas que lean tu espléndido artículo; anunciaremos la fecha a través de nuestra web, http://www.amigosdevillamoron.com, y redes sociales. Textos como el tuyo son imprescindibles para divulgar estos tesoros y alentar el entusiasmo de tantas personas, sin las cuales el patrimonio de nuestros pueblecitos no se sostendría en pie. Un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias, Pedro, por tu generosa valoración. Merced a vuestro ímprobo trabajo podemos disfrutar de obras de tanta valía como las iglesias de Santiago Apóstol de Villamorón y Santa Eugenia de Villegas, entre otras notables obras patrimoniales.
Un fuerte abrazo
Extraordinario edificio que me hace sentir orgulloso de ser burgalés. Debemos apoyarlo para su completa restauración y disfrute de todos.
Mi nombre es JoséMª y este magnífico trabajo me sirve de guía para explicar la Iglesia
a las personas que se acercan a contemplarla.
Muchas gracias.
Magnífico trabajo, que sirve de base para los estudiantes de Historia del Arte.
Muchas gracias Joaquin.
Un fuerte abrazo