Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea

Efecto antidepresivo dieta mediterránea: los vegetales son protagonistas de esta dieta

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: Los vegetales son grandes representantes de esta saludable dieta.

 

Introducción

Una buena adherencia a la dieta mediterránea exhibe un efecto antidepresivo manifiesto, según revelan rigurosos estudios prospectivos. Contribuir a prevenir la depresión mental con estilos de vida, como una dieta saludable, resulta crucial, pues altera la salud del ser humano en su triple dimensión. Esto es, no sólo quiebra la salud mental, sino que también socava la salud física y menoscaba la salud social.

Importancia de la depresión.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de la depresión es difícilmente soportable, dado que la sufren 300 millones de personas en el mundo. (1) En cuanto al sexo, la padecen el 7% de las mujeres y el 4% de los hombres. (2)

Además de su alta frecuencia, esta enfermedad comporta un gran grado de discapacidad (3)  y un enorme coste económico. Así, según la OMS, la pérdida de productividad anual ocasionada por los trastornos depresivos y de ansiedad supone una gran carga para la economía mundial: un billón de dólares. (4)

Por todo ello, la depresión mental es un problema de salud prioritario, que demanda programas de salud tendentes a reducir tanto su incidencia (prevención primaria) cuanto su prevalencia (prevención secundaria). Aunque, obviamente, si las estrategias de prevención primaria resultaran efectivas, nos ahorraríamos harto sufrimiento humano y un gran coste económico.

Pero ¿existe algún estilo de vida capaz de reducir el riesgo de depresión?

Según la evidencia científica, hay, al menos, tres estilos de vida que exhiben un efecto antidepresivo: la actividad física aeróbica, el consumo regular de café y la dieta mediterránea. Recordemos que en varios artículos de este blog hemos analizado el efecto antidepresivo del ejercicio físico y del café.

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: estudios epidemiológicos

Estudio prospectivo SUN (2009)

En octubre del 2009 se publicó el primer estudio prospectivo que observó una asociación inversa entre estas dos variables, depresión mental y Dieta Mediterránea. (5)

Los responsables del estudio, Almudena Sánchez-Villegas y colegas estudiaron a 10. 094 participantes de una muestra conocida (SUN: Seguimiento Universidad de Navarra), durante 4,4 años: Al cabo de los cuales, comprobaron que una alta adherencia a este modelo dietético se asociaba con una reducción de un 30% del riesgo de depresión.

Además, se apreció un efecto dosis-respuesta con ciertos alimentos: a mayor consumo de fruta, legumbres y frutos secos correspondió un menor riesgo de depresión: de un 21% a un 29%. También un mayor cociente ácidos grasos monoinsaturados/ácidos grasos saturados se asoció con un menor riesgo de depresión. Obviamente, el aceite de oliva virgen extra la principal fuente de ácido oleico, el ácido graso monoinsaturado por excelencia.

Huelga decir que el aparato estadístico y el diseño epidemiológico empleados fueron muy rigurosos (modelo de regresión de Cox, control de variables de confusión, regresión lineal, etc.).

¿Cómo evaluaron el consumo de alimentos?

Emplearon un cuestionario de frecuencia semicuantitativo de alimentos, previamente validado en España. (6) Aunque la graduación del grado de adherencia (en quintiles) al citado modelo dietético se basó en el modelo de puntuación de Trichopoulou y colegas. (7)

La valoración efectuada por estos investigadores griegos, una de las más utilizadas en el mundo, puntúa el nivel de adherencia a la Dieta Mediterránea en base a 8 componentes:

– Una alta relación entre ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos saturados.

– Un alto consumo de fruta y frutos secos.

– Elevado consumo de legumbres.

– Gran ingesta de vegetales.

– Alto consumo de cereales.

– Elevado consumo de pescado.

– Moderado consumo de leche y productos lácteos.

– Moderado consumo de alcohol.

– Bajo consumo de carne y productos cárnicos.

Análisis de este modelo de puntuación

Múltiples estudios científicos avalan los grandes efectos saludables del aceite de oliva virgen extra, fruta, vegetales, frutos secos, legumbres, pescado e incluso de los lácteos, fermentados o no. Sin embargo, los cereales realmente saludables son los que conservan el grano entero: salvado, endosperma y germen.

Con respecto al vino tinto, tipo de alcohol más consumido en la cuenca mediterránea, su riqueza en antioxidantes (resveratrol y antocianinas) no le exime de la reconocida peligrosidad del alcohol etílico y de su metabolito, el acetaldehído, responsables de gran carga de enfermedad y sufrimiento.

Bien cierto es que lo que se valora es el consumo moderado, que no el alto, pero ¿qué consumo de alcohol es realmente seguro?

Pues según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), delegación especializada en la enfermedad, de la OMS, con poco se genera mucho riesgo. Véase las mujeres y hombres que consuman diariamente más de 10 o 20 gramos de alcohol, respectivamente, tienen riesgo de desarrollar siete cánceres: hígado, colon, boca, esófago, faringe, laringe y mama. (8)

¡Ojo! que 10 gramos es lo que usualmente se halla en una bebida alcohólica, bien de vino o de cerveza. Esta tesis fue respaldada (Lancet, 2018), pues tras valorar 592 estudios (prospectivos y retrospectivos) correspondientes a 195 países, revelaron que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol.

El consumo de alcohol es un factor de riesgo importante para la carga global de enfermedades, dado que es responsable de una pérdida importante de salud. Encontramos que el riesgo de mortalidad por todas las causas, y específicamente por cánceres, aumenta con niveles crecientes de consumo, siendo cero el nivel de consumo que minimiza la pérdida de salud. Estos resultados sugieren que las políticas de control del alcohol podrían necesitar una revisión a nivel mundial, enfocándose en estrategias tendentes a reducir el consumo general a nivel de la población”, concluyeron los responsables del estudio. (9)

 Estudio prospectivo de EEUU (2013)

También en EEUU se han efectuado estudios epidemiológicos cuyo objetivo fundamental es apreciar diversos efectos saludables de un modelo dietético saludable como la dieta mediterránea.

Así, en mayo del 2013, se publicó un estudio efectuado por investigadores de una universidad de Chicago, que resultó boyante para los amantes de la dieta mediterránea.

Para ello, estudiaron y controlaron a 3502 personas, de 65 o más años, durante 7 años. Tras lo cual, observaron una asociación entre una alta adherencia a este modelo dietético (tercil más alto) y una gran reducción de la tasa anual de síntomas depresivos (98,6% menor). El grupo de comparación estaba constituido con los que exhibieron escasa adherencia (tercil más bajo).

“Nuestros resultados soportan la hipótesis de que una alta adherencia a un modelo dietético a base de vegetales, fruta, granos enteros, pescado y legumbres puede proteger contra el desarrollo de síntomas depresivos en personas mayores”, concluyeron los autores del estudio. (10)

En esta investigación valoraron el consumo de granos enteros frente a los refinados, o sea, los que no incluyen el germen del grano, parte más rica en fibra.

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: análisis longitudinal de varios modelos dietéticos y riesgo de depresión

Los investigadores del proyecto SUN tuvieron el mérito de ser los primeros que evaluaron el impacto de diferentes modelos dietéticos en la incidencia de depresión mental. Su trabajo fue publicado, en septiembre del 2015, en la correspondiente revista científica (BMC Medicine). (11)

Además de la Dieta Mediterránea, evaluaron un Modelo Dietético Provegetariano y el índice de Alimentación Saludable Alternativa 2010 (AHEI-2010), mediante  cuestionarios de frecuencia de alimentos.

Así, tras controlar a 15.093 participantes, durante una media de 8,5 años, apreciaron que tales modelos dietéticos saludables se asociaban con una reducción significativa del riesgo de depresión. No obstante, si al modelo AHEI-2010 se le desprovee de la influencia de la dieta mediterránea (elementos comunes), se mitiga mucho su efecto preventivo (asociación débil).

Estos autores no aprecian, ahora, una neta relación dosis-respuesta, como en su investigación previa (2009). Aunque sí constatan que la ausencia de una serie de micronutrientes propios de estos modelos saludables aumenta mucho el riesgo de depresión mental. Verbigracia, ciertas vitaminas (ácido fólico, otras vitaminas del grupo B), minerales (zinc, magnesio), ácido oleico, omega-3 y polifenoles antioxidantes, abundantes en el aceite de oliva virgen extra, fruta y vegetales.

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: asociación prospectiva entre la adherencia a la Dieta Mediterránea y el riesgo de síntomas depresivos en un estudio francés (abril 2018)

En abril del 2018 se publicó un notable estudio prospectivo de autoría francesa, que también valoró la posible capacidad preventiva de depresión mental exhibida por este modelo dietético. Veámoslo.

Estudiaron a 3523 participantes, pertenecientes a una cohorte específica (Supplémentation en Vitamines et Minéraux Antioxydants: SU.VI.MAX), durante una media de 12,6 años. Así, apreciaron una asociación entre una alta adherencia a una dieta mediterránea y una reducción significativa del riesgo de depresión mental entre los hombres del estudio (OR: 0,91; IC 95%: 0,83-099; p= 0,03), aunque no en las mujeres. (12)

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: revisión sistemática y metaanálisis de estudios observacionales (enero 2018)

En enero del 2018 se publicó una revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta de 24 estudios prospectivos de cohorte (1.959.217 personas/año), que reveló cómo una dieta saludable, independientemente del tipo (Dieta Mediterránea, Saludable/Prudente) se asociaba con un menor riesgo de síntomas depresivos a lo largo del tiempo (las Odds ratios oscilaron de 0,64 a 0,78, de forma lineal, dosis-respuesta: P< 0,01). (13)

De igual forma, una dieta de un Índice Inflamatorio relativamente bajo se asoció con una ligera reducción de síntomas depresivos (OR: 0,81), aunque tal asociación no fue lineal (dosis-respuesta).

Llamó la atención en esta revisión el impacto favorable del consumo de vegetales y pescado, pues se asoció con significativas reducciones del riesgo: 14% y 18%, respectivamente. Lo que no sucedió con otros alimentos de contrastada calidad (fruta).

Sin embargo, la asociación inversa entre dietas saludables y depresión no fue evidente cuando, en vez de valorar síntomas depresivos, se valoró depresión, con criterios diagnósticos plenos.

En este trabajo, en el que participó Miguel Ángel Martínez González (SUN) junto a investigadores holandeses

Revisión y metaanálisis de estudios observacionales (septiembre 2018)

Meses más tarde, en septiembre del 2018, se publicó otra revisión y metaanálisis de estudios observacionales con resultados fructíferos para los amantes de los alimentos frescos y de temporada.

Los autores valoraron la asociación entre el riesgo de depresión y diversos modelos dietéticos, con diversos sistemas de puntuación para valorar el grado de adherencia a los mismos. (14)

Los modelos dietéticos analizados fueron el índice de Alimentación Saludable (HEI), Enfoque Dietético para Detener la Hipertensión (DASH), el Índice de Alimentación Saludable Alternativo (AHEI), el Índice Inflamatorio Dietético y la Dieta Mediterránea.

El conjunto de estudios evaluados fue muy relevante: 20 estudios longitudinales y 21 estudios transversales.

Así, comprobaron que la Dieta Mediterránea era el modelo dietético más efectivo para reducir el riesgo de depresión. Concretamente, una mayor adherencia a la citada dieta mediterránea se asoció con una reducción del 33% del riesgo de desarrollar esta enfermedad mental (RR: 0,67; IC 95%: 0,55-0,82).Todo ello, según los 4 estudios longitudinales de mayor rigor y calidad científica del conjunto analizado

Además, un consumo de alimentos con un bajo Índice Inflamatorio Dietético también se asoció con un menor riesgo de depresión: un 24% de reducción (RR: 0,76; IC 95%: 0,63-0,92).

Llegado a este punto, bueno es que recordemos que los alimentos que contribuyen a elevar más los biomarcadores inflamatorios se identifican con los ultraprocesados, grasas trans y refrescos azucarados. Al contrario, los productos frescos y de temporada, a base de fruta y vegetales, reducen los índices inflamatorios, al igual que los frutos secos, legumbres, granos enteros y aceite de oliva virgen extra. Esto es, los alimentos que convergen en una Dieta Mediterránea exhiben un significativo perfil antiinflamatorio. (15)

Estudio prospectivo sueco (noviembre 2021)

En noviembre del 2021 se publicó un estudio prospectivo sueco que también reveló un efecto antidepresivo de la dieta mediterránea. Sus autores estudiaron a 49.261 mujeres suecas, de 29 a 49 años, durante 20 años, con 1677 casos incidentes de depresión. (16)

De esta forma, apreciaron un menor riesgo de depresión en las que se adhirieron medianamente (puntuación 4-5) o intensamente (6-9) versus baja adherencia (0-3): 10% y 18%, respectivamente.

Además, por cada unidad de adherencia a la dieta mediterránea, el riesgo de depresión se redujo un 5% (HR=0,95; IC 95%=0,92.0,98).

Por otra parte, el efecto antidepresivo de la dieta mediterránea fue aún mayor para las formas severas de depresión: 49% de reducción del riesgo (HR=0,51; IC 95%= 0,33-0,76). De igual forma, el efecto antidepresivo fue más patente en las mujeres mayores de 50 años.

Efecto antidepresivo de la dieta mediterránea: encuesta nacional del examen de salud y nutrición de Corea del Sur (2023)

En julio del 2023 se publicó un estudio transversal (Relationship between Mediterranean diet and depression in South Korea: the Korea National Health and Nutrition Examination Survey) que también reveló un efecto antidepresivo de la dieta mediterránea.

Para ello, los autores contaron con 5.849 adultos de las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición de Corea de 2014 y 2016.

La adherencia a la dieta mediterránea la midieron empleando una puntuación de dieta mediterránea alternativa modificada (mMED) desarrollada para ajustarse a los patrones dietéticos coreanos. La información la obtuvieron mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria, valorando la adherencia en cuatro categorías (0–2, 3–4, 5–6 y 7–9 puntos).

Por otra parte, los síntomas de depresión (moderados a graves) se evaluaron mediante un cuestionario específico (Patient Health Questionnaire-9), con un valor de corte de 10.

Los resultados del análisis de regresión logística indicaron que las personas con mMED más alta tenían menores posibilidades de tener depresión: entre un 42% y un 73% menos, en comparación con las personas con la mMED más baja [OR (IC del 95%) = 0,58 (0,37–0,90), 0,50 (0,31– 0,80), 0,27 (0,15–0,47)].

Además, las mujeres con mMED de 7 a 9 tenían un 71 % menos de probabilidades de sufrir depresión [OR (IC del 95 %): 0,29 (0,13 a 0,64)]. En tanto que los hombres con mMED de 5 a 9 también tenían menos probabilidades de sufrir depresión: entre un 55 % y un 79 % .

Hipótesis plausibles

Este apartado lo he desarrollado exhaustivamente en otro artículo de este blog, el siguiente que se publicará, que versa sobre la mejoría de la depresión con dieta mediterránea. Es decir, la mejora de los síntomas depresivos y del control de pacientes que sufren depresión.

En esencia, la depresión, enfermedad inflamatoria crónica cerebral, puede prevenirse con estilos de vida que exhiban efectos antioxidantes, antiinflamatorios, desintoxicantes y reparadores de anomalías del ADN. Así, actúan los nutrientes que aportan la fruta, verdura, frutos secos, legumbres, pescado y aceite de oliva virgen extra, probióticos, alimentos propios de la dieta mediterránea.

También resulta fructífero el impacto favorable de esta dieta en la microbiota intestinal, aumentando la riqueza y diversidad de la misma, con predominio de bacterias y levaduras de efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

Conclusiones

Una buena adherencia a la dieta mediterránea exhibe un efecto antidepresivo, según revelan diversos estudios prospectivos y metaanálisis de los mismos. En verdad, los productos frescos y de temporada que la constituyen, con predominio de vegetales y de pescado, aportan nutrientes que reducen la neuroinflamación propia de la depresión mental.

Hemos visto cómo el citado efecto antidepresivo se observa en jóvenes, adultos, hombres y mujeres. Podemos colegir que, sabiendo que la depresión deteriora integralmente la salud, la dieta mediterránea contribuye a elevar el nivel de salud en su triple dimensión: física, mental y social.

Dr. Félix Martín Santos

 

Bibliografía:

1. World Health Organization. Depression fact sheet 2021 [Available from: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs369/en/.

2. Steel Z, Marnane C, Iranpour C, Chey T, Jackson JW, Patel V, et al. The global prevalence of common mental disorders: a systematic review and meta-analysis 1980-2013. Int J Epidemiol. 2014;43:476–93.

3. Disease GBD, Injury I, Prevalence C. Global, regional, and national incidence, prevalence, and years lived with disability for 328 diseases and injuries for 195 countries, 1990-2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. Lancet. 2017;390:1211–59.

4. World Health Organization. Mental health in the workplace 2017 [Available from: http://www.who.int/mental_health/world-mental-health-day/2017/en/.

5. Association of the Mediterranean dietary pattern with the incidence of depression: the Seguimiento Universidad de Navarra/University of Navarra follow-up (SUN) cohort. Sánchez-Villegas ADelgado-Rodríguez MAlonso ASchlatter JLahortiga FSerra Majem LMartínez-González MA. Arch Gen Psychiatry. 2009 Oct;66(10):1090-8. doi: 10.1001/archgenpsychiatry.2009.129.

6.      Martin-Moreno  JMBoyle  PGorgojo  LMaisonneuve  PFernandez-Rodriguez  JCSalvini  SWillett  WC Development and validation of a food frequency questionnaire in Spain.  Int J Epidemiol 1993;22 (3) 512- 519

7.      Trichopoulou,  ACostacou , TBamia, CT Trichopoulos D. Adherence to a Mediterranean diet and survival in a Greek population. N Engl J Med 2003; 348 (26) 2599-2608

8.      European Code Against Cancer: 12 ways to reduce your cancer risk.  International Agency for Research on Cancer. World Health Organization. October 2014.

9.      Alcohol use and burden for 195 countries and territories, 1990-2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. The Lancet, volume 392, issue 10152, p 1015-1035, september 22, 2018.

10.   Mediterranean diet and depressive symptoms among older adults over time.The journal of nutrition, health & aging. May 2013, Volume 17, Issue 5pp 441–445. Kimberly A. Skaruski, C.C. Tangney, H.Li. D.A. Evans, M. C. Morris 

11.   A longitudinal analysis of diet quality scores and the risk of incident depression in the SUN Project. BMC Medicine 2015. 13: 197. Almudena Sánchez-Villegas, Patricia Henríquez-Sánchez, Miguel Ruiz-Canela, Francisca Lahortiga, Patricio Molero, Estefanía Molero and Miguel A. Martínez-González.

12.   Prospective association between adherence to Mediterranean Diet and risk of depressive symtoms in the French SU.VI. MAX Cohort. European Journal of Nutrition. April 2018. Volume 57, issue 3, pp 1225-1235. Karen E. Assmann, Valentina A. Andreeva, Cédric Lemogne, Serge Hercberg, Pilar Galan, Emmanuelle  Kesse- Guyot.

13.   Diet quality and depression risk: a systematic review and dose-response meta-analysis of prospective studies. Marc Molendjk, Patricio Molero, Felipe Ortuño Sánchez-Pedreño,  Williem Van der Does, Miguel Ángel Martínez González. Journal of Affective Disorders. Volume 226, 16 january 2018, Pages 346-354.

14. Healthy dietary índices and risk of depressive outcomes: a systematic review and meta-analysis of observational studies. September 2018. Molecular Psychiatry. Camille Lassale, G. David Batty, Amaria Baghdadli, Felice Jacka, Almudena Sánchez-Villegas, Mika Kivimäki & Tasnime Akbaraly

15. The Dietary Inflammatory Index: A New Tool for Assessing Diet Quality Based on Inflammatory Potential. The Digest. Volumen 49. Number 3- Summer 2014. ResearchGate. Susan E. Steck, Nitin Shivappa, Fred K Tabung

16. Mediterranean diet and depression: a population-based cohort study. Weiyao Yin et al. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity volume 18, Article number: 153 (2021)

3 Comentarios

  1. Félix da gusto leer tu artículo por lo bien escrito que está y por lo interesante que es para ponerlo en práctica en nuestras vidas. Nos has dado a conocer lo que es la depresión mental, el gran número de personas a las que afecta y el gran coste económico que conlleva.
    Toda tu disertación se fundamenta, como siempre, en rigurosos estudios prospectivos.
    Si como tú nos indicas cuidamos nuestra alimentación con una dieta adecuada como la Mediterránea, si practicamos con regularidad una actividad física, moderamos el consumo de leche y derivados lácteos y tenemos mucho cuidado con el alcohol seremos menos propensos a padecer depresión. En este mismo sentido nos recomiendas que desterremos de nuestra alimentación los ultraprocesados, grasas trans y refrescos azucarados. Todo ello redundará en una vida mejor y más placentera en la que podemos y debemos incluir un estupendo café en buena compañía . Félix muchas gracias por dedicar tanto tiempo y saber en favor de nuestra salud.

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  2. Muchas gracias Félix por tu práctico artículo sobre la Dieta Mediterránea, escrito con rigor y calidad científica. Podemos considerarla sin ninguna duda como la mejor dieta del mundo. Nos muestras la asociación significativa de la DM, del ejercicio físico y del consumo controlado de café, con una disminución de las probabilidades de padecer trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. Nos recuerdas que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol. Muchas gracias por la difusión de tus conocimientos de una forma tan altruista.

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