Ascensión al Pico de las Tres Rayas: Sierra de la Calería

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: vista desde la vertiente meridional de su cumbre

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: vista desde la vertiente meridional de su cumbre

Introducción

La ascensión al Pico de las Tres Rayas desde Linares de Riofrío es una ruta de la Sierra de las Quilamas que nos adentra en una verdadera reserva de la biosfera. Así, a lo largo de la historia, los habitantes de Linares de Riofrío han contribuido al desarrollo sostenible del rico entorno natural que los vio nacer, pues disfrutaron y se beneficiaron de sus bosques, de sus caleros, de sus valles y fuentes, sin deteriorarlos ni esquilmarlos. Tal respeto a los ecosistemas circundantes favoreció su rica biodiversidad floral y faunística.

Hecho que fue compartido por los vecinos de los pueblos aledaños de la Sierra de las Quilamas, bastión septentrional de la Sierra de Francia, por lo que la UNESCO, en octubre del 2006, premió a estas tierras y a su laboriosa gente con el título de Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar-Francia. Tal distinción amplía las ya existentes: Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPAs) y Lugares de Interés Comunitario (LICs).

Hitos singulares en la ruta de Linares de Riofrío hasta la cumbre del pico de las Tres Rayas

Inicio de la ruta

En este contenido voy a describir la ruta desde Linares hasta la cumbre del Pico de las Tres Rayas. También denominado Pico del Mojón del Marrano. Tanto antes, en Iberpix 2, del Instituto Geográfico Nacional (ahora no aparece con tal denominación, sino Sierra Mayor), como ahora, en la propia web del ayuntamiento de Linares.

En este artículo (entrada del blog) veremos cómo los linarenses se aprovecharon durante siglos de las vetas de roca caliza que se desperdigaban por gran parte de estos montes, con objeto de obtener una excelente cal morena. Sin soslayar la gratificante contemplación de la rica flora del bosque de la Honfría.

En sintonía con este hecho, también describiremos una parte de una ruta inaugurada el dos de julio del 2017.La denominada Ruta de la Sierra de la Calería. Fruto de un proyecto de voluntariado llevado a cabo por los municipios de la comarca de la Calería (Linares de Riofrío, Escurial de la Sierra, La Rinconada de la Sierra y Navarredonda de la Rinconada), Diputación de Salamanca y Universidad de Salamanca (USAL), por medio de su Oficina Verde.

El trayecto se inicia en la fuente de la Marina, situada a la izquierda del camino de la Honfría, junto a un cartel que recuerda que estamos en la ruta de las Quilamas. Esta fontana está enmarcada entre un saúco negro (Sambucus nigra) y un viejo cerezo (Prunus avium) por debajo de los cables del alumbrado.

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas desde Linares de Riofrío: fuente de la Marina

Ascensión al Pico de las Tres Rayas desde Linares de Riofrío: fuente de la Marina

 

Al poco tiempo de iniciado el recorrido nos damos cuenta de que estamos en la comarca de la Calería. Así, cuando aún no hemos hecho medio kilómetro, observaremos, a la izquierda, dos hornos de cal bastante próximos y, luego, una fábrica de cal.  El primero de los caleros está muy restaurado; el segundo, bastante vetusto y arruinado, en parte cubierto por la vegetación.

 

Horno de cal restaurado. Linares de Riofrío (Salamanca)

Horno de cal restaurado. Linares de Riofrío (Salamanca)

 

Por si esto fuera poco, desde julio del 2017, como decíamos antes, veremos en diversos puntos del camino, los emblemas indicativos de la Ruta de la Sierra de la Calería.

 

Emblema de la Ruta de la sierra de la Calería, ubicado a una centena de metros de la fuente de la Marina, poco antes del primer horno de cal (08-07-2017)

Emblema de la Ruta de la sierra de la Calería, ubicado a una centena de metros de la fuente de la Marina, poco antes del primer horno de cal (08-07-2017)

 

Ascensión al pico de las Tres Rayas: fábrica de cal de Linares de Riofrío

Junto a la fábrica de cal, el ayuntamiento de Linares renovó, hace unos años, el cartel indicador de la misma, mejorando sensiblemente la información sobre la técnica tradicional de obtención de cal. Es muy recomendable entretenerse un rato para leer tan buena información.

La tradición calera de Linares se remonta, cuando menos, al siglo XVI, pues en 1572 eran once los caleros censados. Desde entonces, se mantuvo hasta mediados de los años sesenta del siglo pasado, cuando se prohibió la extracción de piedras calizas de la sierra. Un poco antes, en 1959, existían aún quince hornos en plena actividad.

 

Ascensión al pico de las Tres Rayas: fábrica de cal de Linares de Riofrío (Salamanca)

Ascensión al pico de las Tres Rayas: fábrica de cal de Linares de Riofrío (Salamanca)

 

Antigua fábrica de cal de Linares de Riofrío. A la izquierda, la boca de los dos hornos de bóveda; a la derecha, la de los hornos de carbón.

Antigua fábrica de cal de Linares de Riofrío. A la izquierda, la boca de los dos hornos de bóveda; a la derecha, la de los hornos de carbón.

 

Ascensión al pico de las Tres Rayas: fábrica de cal de Linares de Riofrío (Salamanca).

Ascensión al pico de las Tres Rayas: fábrica de cal de Linares de Riofrío (Salamanca).

 

Nuestra fábrica de cal posee cuatro hornos, los dos primeros de leña o bóveda y los otros dos de carbón. Sus dimensiones son bastante apreciables: unos 4 metros de profundidad y de 2,5 a 3 metros de diámetro.

 

Fábrica de cal de Linares de Riofrío: horno de leña o bóveda.

Fábrica de cal de Linares de Riofrío: horno de leña o bóveda.

 

 Horno de carbón de fábrica de cal de Linares de Riofrío. Visión desde la boca del horno.

 Horno de carbón de fábrica de cal de Linares de Riofrío. Visión desde la boca del horno.

 

Fábrica de cal de Linares de Riofrío: Horno de carbón.

Fábrica de cal de Linares de Riofrío: Horno de carbón.

 

Proceso de obtención de cal en hornos de leña o bóveda

En la preparación de cada hornada en el horno de leña era crucial la figura del “encañador”, verdadero especialista en la construcción de la bóveda, hilvanando con destreza las piedras desde la repisa hasta adoptar la citada forma abovedada. Luego, por encima, se colocaban las piedras calizas hasta llenar el horno. Mientras que por debajo de la bóveda se quemaban  escobas secas, a fin de mantener el fuego activo durante 24 horas, para lo cual era preciso reponerlas continuamente.

 

Horno de leña o bóveda de la antigua fábrica de cal de Linares de Riofrío

Horno de leña o bóveda de la antigua fábrica de cal de Linares de Riofrío

 

El calor echaba el resto, esto es, facilitaba la reacción química en virtud de la cual la piedra caliza (carbonato cálcico) se transformaba en cal viva (óxido de calcio). El momento clave era cuando cedía la bóveda, coincidiendo con la cocción de toda la hornada, pues era cuando caía toda la cal. A continuación, era preciso tener cierta paciencia, pues debía enfriarse la citada cal (unos dos días de espera) para extraerla por la boca del horno.

Negocio fructífero: obtención de mortero para la construcción

En cada hornada se obtenían unas 1000 arrobas de cal (11.500 kg), que luego sería utilizada para fabricar el mortero de construcción. Así como para blanquear y desinfectar las paredes de las viviendas y casas. Recordemos que gran parte del mortero utilizado en la construcción de la plaza mayor de Salamanca procedía de la cal morena de Linares de Riofrío.

El negocio no era precario, pues en los años cincuenta esta fábrica vendía la cal a unas 25 pesetas la arroba (unos 0,15 €, lo que supone un total de 150 € por cada hornada), como bien se menciona en la información del cartel anunciador de esta fábrica. Al igual que el nombre de los constructores y primeros dueños de la misma: Benigno Pérez y Antonio Regalado, que la construyeron a comienzo de los años sesenta del siglo pasado.

El trabajo solía tener un carácter ciertamente familiar, dado que se empleaban de 8 a 10 personas en sus diversas etapas: extraer la piedra caliza y acarrearla en carros (unos 10 por hornada), recoger escobas, encañar, atender el horno y recoger la cal.

 

Emblema de la Ruta de la sierra de la Calería, señalándonos que debemos seguir por el sendero de la izquierda.

Emblema de la Ruta de la sierra de la Calería, señalándonos que debemos seguir por el sendero de la izquierda.

 

Prosiguiendo por la Ruta de la Sierra de la Calería de Linares de Riofrío

Cuando llevamos recorrido poco menos de un kilómetro desde la fuente de la Marina y cerca de un kilómetro y medio desde la plaza mayor de Linares de Riofrío, veremos, a la izquierda del camino principal, el acceso a la ruta que empleaban los linarenses para transportar sus carros cargados de escobas y de piedras calizas. Tanto en dirección a la fábrica de cal, con sus cuatro hornos, cuanto a los hornos aledaños, más próximos a la fuente citada.

Tras penetrar en el camino, andaremos, inicialmente, rodeados de espinos albares, robles y castaños colonizados por líquenes. A nuestra izquierda, veremos antiguas tierras de labor, ahora convertidas en prados. De esta forma, pasaremos junto a otra señal indicadora de la ruta, a poco más de medio kilómetro de entrar en este camino (a los 640 metros), cortejada por jóvenes robles y sus inseparables líquenes.

 

Ruta de la Sierra de la Calería (a los 640 metros de entrar por estrecho camino): robles colonizados por líquenes

Ruta de la Sierra de la Calería (a los 640 metros de entrar por estrecho camino): robles colonizados por líquenes

 

A partir de ahora el camino empieza a estrecharse y a empinarse más, al tiempo que múltiples robles y algún castaño parecen cobijarlo y arroparlo.

 

Ruta de la Sierra de la Calería: ascendiendo entre robles y castaños.

Ruta de la Sierra de la Calería: ascendiendo entre robles y castaños.

 

Tras avanzar un trecho más, observaremos cómo el camino es atravesado por un pequeño regato. Justo cuando tenemos a tiro de piedra la peña del Guarro, a nuestra izquierda, y el sendero describe una curva, a nuestra derecha, para dirigirnos hacia el oeste.

Ascendemos por un lecho pedregoso, rozando una tapia barnizada por musgo, a nuestra izquierda, mientras que, a la derecha, vemos prados y tierras de un terreno de Linares, denominado la Pollina. Que, enseguida, nos lleva hasta una nueva señal con el emblema de esta ruta calera, justo en el punto en el que nuestro sendero desemboca en un camino más amplio.

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas por la ruta de la Sierra de la Calería: desembocando en un camino más amplio (1190 metros recorridos)

Ascensión al Pico de las Tres Rayas por la ruta de la Sierra de la Calería: desembocando en un camino más amplio (1190 metros recorridos)

 

A continuación, avanzaremos contemplando un notable robledal, con su estrato arbustivo de helechos, a nuestra izquierda. En tanto que, por nuestra derecha, veremos bastantes ejemplares de castaños, alternando con robles. Así como una serie de mojones, que tienen grabados números (desde el 395 hasta el 388) y letras mayúsculas (M.P.).

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas por la ruta Sierra de la Calería: caminando entre robles y castaños. Sector de Linares

Ascensión al Pico de las Tres Rayas por la ruta Sierra de la Calería: caminando entre robles y castaños. Sector de Linares

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas por la ruta de la calería: entrando en un ancestral castañar

Después de andar en torno a medio kilómetro a la sombra de los melojos, hallaremos una nueva señal de esta ruta, indicándonos que debemos introducirnos por un pequeño sendero, abierto a nuestra izquierda, que nos permitirá disfrutar, durante un tramo de unos doscientos metros, de un soberbio castañar. Nada más entrar, observaremos, a nuestra izquierda, dos castaños con señales rojas en su tronco, una cruz y una flecha, que también parecen indicarnos por dónde debemos pasar.

 

Ruta de la Sierra de la Calería: atravesando un castañar, con marcas rojas de cruz y flecha. Linares de Riofrío (08-07-2017)

Ruta de la Sierra de la Calería: atravesando un castañar, con marcas rojas de cruz y flecha. Linares de Riofrío (08-07-2017)

 

A mi entender, este tramo es uno de los más bellos de esta ruta de la calería. Hasta hace muy poco los castaños invadían este ancestral sendero, siendo los dueños y señores del paraje, como aún puede verse mirando a derecha e izquierda. Así como en el lecho que pisamos, con la tierra recientemente removida, por la corta de maleza y de algunos ejemplares de castaño. Algunos de los cuales exhiben un porte verdaderamente notable, con sus poderosas ramas saliendo de la palma del tronco o, a veces, desde su misma base, con enhiestas vigas que ascienden buscando el sol, a fin de beneficiarse de la fotosíntesis.

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: poderosos castaños nos saludan en este sector de Linares de la ruta de la Sierra de la Calería.

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: poderosos castaños nos saludan en este sector de Linares de la ruta de la Sierra de la Calería.

 

Ruta de la sierra de la Calería en el área de Linares de Riofrío: alambrada y cerca de madera

Ruta de la sierra de la Calería en el área de Linares de Riofrío: alambrada y cerca de madera

 

Tras andar una centena de metros, veremos, a nuestra izquierda, un portillo de madera, que da acceso a una pequeña finca, ahora perdida. A continuación, seguiremos avanzando un trecho más, mientras admiramos el exuberante castañar, hasta ver, a nuestra derecha, una nueva señal de la ruta, a partir de la cual los robles vuelven a enseñorearse del paisaje. En este momento hemos andado en torno a dos kilómetros desde que accedimos a esta ruta, tras dejar el camino de la fuente de la Honfría, en el pago de los Prados.

 

Ruta de la sierra de la calería: un exuberante castañar deja paso al robledal.

Ruta de la sierra de la calería: un exuberante castañar deja paso al robledal.

 

Admiremos y respetemos una obra de arte de la naturaleza: un excepcional castaño

La siguiente señal con el emblema de esta ruta aparece junto a un paso canadiense (como a un cuarto de kilómetro más adelante) para indicarnos dos cosas. Una, que el camino continúa de frente, ascendiendo y recurvándose, entre melojos, para llegar al camino de Las Peñas del Agua. La otra, que si avanzamos una cincuentena de metros, a nuestra derecha, tendremos la oportunidad y fortuna de ver uno de los castaños más longevos, corpulentos y saludables de esta ruta. Las tres fotos que aporto muestran una pequeña parte de su grandeza. ¿Cuántos siglos tendrá?

 

Ruta de la Sierra de la Calería en el sector de Linares de Riofrío: poderoso y longevo castaño

Ruta de la Sierra de la Calería en el sector de Linares de Riofrío: poderoso y longevo castaño

 

Ruta de la sierra de la Calería: Parte alta de corpulento castaño en el sector de Linares de Riofrío (Salamanca).

Ruta de la sierra de la Calería: parte alta de corpulento castaño en el sector de Linares de Riofrío (Salamanca).

 

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: soberbio castaño en el área de Linares de Riofrío.

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: soberbio castaño en el área de Linares de Riofrío.

 

Después de admirar esta obra de arte de la Naturaleza, basta con ascender una centena de metros más para desembocar al camino que va desde las inmediaciones de la fuente de la Honfría hasta las Peñas del Agua. Un singular paraje de Linares de Riofrío, que ya describimos en este mismo blog: “Parajes emblemáticos de Linares de Riofrío: Sierra de las Quilamas”.

 

     Ruta de la sierra de la Calería: De frente, sigue la ruta; a la izquierda, ascensión al Hueco.

Ruta de la sierra de la Calería: De frente, sigue la ruta; a la izquierda, ascensión al Hueco.

 

Pues bien, al llegar al citado camino, deberemos dirigir nuestros pasos hacia la derecha durante poco más de medio kilómetro (600 metros), a fin de llegar hasta el nuevo cartel del camino. El cual sirve tanto para indicarnos que debemos seguir todo recto, pasando por encima de la fuente de la Honfría, como para invitarnos a desviarnos por la izquierda, a fin de llegar en corto trayecto a la Hoyatina, muy cerca del Hueco.También descrito en otro artículo de este blog: “De Linares de Riofrío a la cascada de Jigareo”.

 

Vista desde la Hoyatina (Sierra de las Quilamas)

Panorámica desde el camino que bordea la parte superior de la Hoyatina, antesala del Hueco. 10-09-2022

 

Es bueno precisar que la mayor parte de la gente identifica la Hoyatina con el Hueco. Sin embargo, este último es un terreno en declive, lugar del nacimiento del arroyo de Jigareo. Tierra en la que los valeranos plantaron e injertaron castaños y cerezos y cosecharon magníficas patatas y alubias. Ahora, todo perdido. Al igual que la concavidad de la Hoyatina, donde antaño había fructíferos fresales. Hogaño, hay una maraña de retamas, brezales y carrascas, entre otros arbustos y árboles. Terreno idóneo para que regrese el lince. Aunque me temo que este felino ibérico sólo volverá cuando se recupere el conejo y aumente la población de perdices. Su principal fuente de nutrientes.

Inicio de la ascensión por la ladera oriental del Pico de las Tres Rayas: Sierra de los Caballeros

Cuando estamos casi en la parte final de este sendero sombreado por melojos se nos presentan dos opciones. Una, remontar la cuesta para descender, luego, poco más de una centena de metros, a fin de llegar a un paso canadiense, antesala de la Hoyatina y del Hueco. Desde donde se divisa una magnífica panorámica, ya referida en varios artículos de este blog, donde gloso las bondades de estos parajes.

La otra opción es dirigirnos por una vereda, a nuestra derecha, para, en breve trecho entre robles, aproximarnos a una alambrada que separa terrenos municipales de San Miguel de Valero, al sur, y de Linares de Riofrío, al norte.

Nosotros ascenderemos por el lado de Linares, dejando, por tanto, la alambrada a nuestra izquierda. La cual, en todo momento, nos servirá de guía en el ascenso. De esta suerte, caminaremos paralelos a la misma los dos kilómetros y medio (2300 metros) que distan hasta la cumbre del Pico de las Tres Rayas. Donde, casi en su cima, hay un poste de cemento en el que se anclan alambradas que sirven para delimitar los terrenos de tres pueblos: Linares de Riofrío, San Miguel de Valero y Navarredonda. Pues bien, nosotros subiremos por la ladera oriental de este monte, por terrenos de la denominada Sierra de los Caballeros.

Ascenso animado por antiguas canteras de cal

Si tomamos como referencia el paso canadiense del acceso a la Hoyatian, observaremos durante el primer kilómetro de recorrido (en realidad, 1220 metros) pequeñas canteras de piedra caliza. Que desde hace siglos era extraída a golpe de pico, para acarrearla, luego, en carros de vacas o de mulos por la senda de los carreteros hasta los hornos de cal, antes descritos. La frecuencia de extracción y acarreo era notable: dos carros por día, uno por la mañana y otro por la tarde.

Tales canteras se disponen a ambos lados de la alambrada, en terrenos de San Miguel y en tierras de mi pueblo, Linares de Riofrío. Un servidor, sólo en el lado de este último, ha llegado a contar 14 de estas pequeñas y vetustas canteras: la primera aparece al poco de iniciar el ascenso; la última, a los 1220 metros (siempre según las indicaciones que me marca la aplicación de mi móvil).

Cuando observo la irregularidad del terreno, confieso mi admiración por el esfuerzo y sacrificio de los linarenses que se veían obligados a acarrear unas 13 carretas de piedra caliza por cada hornada de cal. Además, también tenían que recoger el combustible, esto es, las escobas: un carro al día, necesitando diez para abastecer una hornada.

 

Vestigios de añejas canteras calizas

Vestigios de añejas canteras calizas

 

Ladera oriental del pico de las Tres Rayas: restos de canteras calizas.

Ladera oriental del pico de las Tres Rayas: restos de canteras calizas.

 

Bueno, relatemos el trayecto tal y como está ahora. Durante el citado primer kilómetro de recorrido ascenderemos en muchos tramos casi pegados a la alambrada, abriéndonos camino entre las espinosas ramas de espinos albares y de zarzamoras, sin necesidad de adentrarnos en el melojar. Salvo en un par de ocasiones en donde nos será más cómodo caminar entre jóvenes rebollos: en torno al cuarto de kilómetro, una; sobre el medio kilómetro de recorrido, la otra. Aunque sin perder de vista la mencionada alambrada.

Disfrutemos de la panorámica mientras ascendemos por la ladera oriental del Pico de las Tres Rayas

Mientras ascendemos es fácil caer en la tentación de pararnos para contemplar la panorámica que dejamos a nuestra espalda, especialmente hermosa cuando hemos remontado tres cuartas partes de este primer kilómetro de ascenso. Así, desde una pequeña atalaya (el altímetro me marca 1230 metros de altura) la panorámica es muy hermosa. Veámosla.

 

Panorámica desde el tercio inferior de la ladera oriental del Pico de las Tres Rayas

Al sureste, observaremos la ladera occidental de la Perdiguera, con su nítido cortafuegos, y más en lontananza, el paredón montañoso de la Sierra de Béjar. Al sur, se nos ofrece majestuoso el estrecho y sinuoso valle forjado por el río Quilamas. Al suroeste, el pico Porrejón, a tiro de arco, mientras que el Castillo Viejo de Valero se nos ofrece más distante, aunque menos que la pirámide truncada de la Peña de Francia.

A pocos metros de la citada atalaya me llamó la atención en la excursión de agosto del año pasado (2016) la presencia de un rollo de alambre viejo y oxidado enclavado en uno de los postes de cemento de la alambrada, que lucía limpia y nueva, por lo que pude colegir que se trataba de una parte de la vieja, sustituida por la actual.

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: collado del Trigo

En pocos metros se nos acaba la cuesta y, entonces, divisamos un pequeño descenso, que, en menos de doscientos metros, nos conducirá a un llano, el denominado collado del Trigo.

Mientras descendemos es fácil ver boñigas, viejas y recientes, algún excremento de zorro, y  zarzamoras que invaden el sendero. Es aconsejable retirarlas con cuidado, a poder ser, sin cortarlas, pues en agosto nos regalan con su saludable fruto. Así, entre los cincuenta alimentos más ricos en antioxidantes, las moras ocupan el primer puesto (Halvorsen y colegas, julio del 2006; Am J Clin Nutr).

Cuando ya estamos en la parte declive, en el falso llano del collado mencionado antes, observaremos dos nuevas excavaciones de caliza azul (todas ellas proceden de sedimentos de la era primaria). La primera, rodeada y, en parte cubierta, por zarzamoras y espinos albares, así como por pequeñas matas de mejorana (Thymus mastichina) y hortelana (Menta suaveolens). La segunda, adornada por bastantes ejemplares de la hierba de Santiago o hierba cana (Senecio jacobaea) y por diversos cardos. Al final del verano y principio del otoño es la quitameriendas (Colchicum montanum) la que domina el ambiente.

Respetemos y admiremos las mariposas en el Collado del Trigo

En julio es muy factible disfrutar contemplando numerosos ejemplares de dos especies de mariposas, libando el néctar de la flor del cardo. Una, la Medioluto (Melanargia lachesis). La otra, me ofrece más dudas, quizá la Pandora, o tal vez la Nacarada. Incluso me pareció ver un macho con su zona androconial en las alas anteriores (en las venas 2 y 3). Esto es, escamas especializadas que segregan feromonas, con objeto de atraer a las hembras de su misma especie.

Es obvio, que un buen aficionado a la entomología las identificaría con solvencia, mas yo no llego a tanto. Por ello, se lo consulté a un par de amigos: Diego y, sobre todo, a Elisa, su pareja, gran amante y conocedora de la entomología.

Así, tras contemplar las fotos que les mostré, se inclinaron por la primera, la Pandora (Argynnis pandora).  El anverso o cara superior de las alas exhibe un tono amarillo oliváceo con múltiples puntos y sombras negras, en tanto que el reverso deja ver un área francamente verde, que se atisba en la foto de perfil.

 

Ascensión a la cumbre del Mojón del Marrano: Pandora libando.

Ascensión a la cumbre del Mojón del Marrano: Pandora libando.

 

Por la ladera oriental del Pico del Mojón del Marrano o de las Tres Rayas: Pandora (Argynnis pandora) Linares de Riofrío (Salamanca). 22-07-2017

Por la ladera oriental del Pico del Mojón del Marrano o de las Tres Rayas: Pandora (Argynnis pandora) Linares de Riofrío (Salamanca). 22-07-2017

 

Medioluto (Melanargia lachesis): ladera oriental del Pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano. Collado del Trigo

Medioluto (Melanargia lachesis): ladera oriental del Pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano. Collado del Trigo

 

Remontando un sector del robledal de la Sierra de los Caballeros

A los pocos metros de volver a ascender nos encontraremos con nuevas canteras de caliza. De las cuales llama la atención una, por su notable dimensión: unos 40 metros de longitud por cinco de ancho. Al poco de sobrepasar a ésta y a otras dos más pequeñas y circulares, deberemos adentrarnos en el robledal, pues la profusa vegetación adherida a la alambrada lo impide (zarzamoras, espinos albares, carrascas…).

Deberemos, pues, ascender como medio kilómetro entre jóvenes melojos, sorteando numerosos ejemplares de espino albar, que con sus espinosas ramas se interponen en las múltiples veredas labradas por el ganado bovino. Tras recorrer poco más de una centena de metros por la umbría arbórea, aparece una pequeña atalaya, en un claro del bosque, desde la que se divisa una buena panorámica. Véase, al este, Linares y San Domingo; al sureste, la mole de la Perdiguera; Escurial, al norte; y una espléndida vista del campo charro, de noroeste a sureste.

A continuación, volveremos a adentrarnos en el rebollar, a fin de recorrer, todo lo paralelos de la alambrada que podamos, los casi cuatrocientos metros de espesura que nos quedan hasta salir del bosque. Al poco de hacerlo, nos veremos forzados a descender durante un corto trecho para llegar a un pequeño hito del camino. Una curiosa formación pétrea (parecen cuarcitas armoricanas, que no calizas), constituida por tres rocas, que simulan un sillón o, para ser más fantasioso, un trono, con respaldo incluido. Aunque bastantes lo denominan “Mojón del Marrano”, ubicado en esta especie de collado. Casi hemos andado dos kilómetros desde el paso canadiense del acceso a la Hoyatina.

 

Sillón pétreo. Mojón del Marrano

Sillón pétreo. Mojón del Marrano (10-09-2022).

 

Último medio kilómetro de ascensión a la cumbre del Pico de las Tres Rayas: las plantas aromáticas y el orobanche suavizan el pedregal

Cuando quedan poco más de trescientos metros para la cumbre, el lecho pedregoso no impide el desarrollo de bastantes matas de cantueso (Lavandula stoechas), carquesia (Genista tridentata),  jara (Cistus ladanifer) y mejorana (Thymus mastichina), que parecen competir con numerosísimas gramíneas.

Además, aparece una planta poco frecuente: el orobanche o rabo de lobo. Se trata de un género con unas 120 especies de plantas parásitas, que al carecer de clorofila deben forzosamente hurtar los nutrientes a las plantas próximas. La que aparece aquí pudiera corresponder con el orobanche minor, que tiende a parasitar a diversas plantas, especialmente a tréboles y a leguminosas, entre otras. Sobre los tallos escamosos surgen inflorescencias (de tipo espiga o racimo terminal) de cáliz tubular o campanulado y corola bilabiada- con dos lóbulos superiores y varios inferiores- de coloración variada, aunque con predominio de colores pardos y amarillentos.

 

Orobanche ,cerca de la cumbre del pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano

Orobanche ,cerca de la cumbre del pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano

 

Orobanche ,cerca de la cumbre del pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano

Orobanche ,próximo a la cumbre del pico de las Tres Rayas

De esta guisa llegamos hasta el poste donde se fijan las alambradas que dividen tres lindes o rayas municipales: tierras de Linares de Riofrío con la Sierra Chica, al este; el término de Navarredonda, al oeste y noroeste; San Miguel de Valero, al sur y suroeste. En este punto mi altímetro marca 1374 metros.

 

Mojón de las Tres Rayas que da nombre al monte por tratarse de una zona lindante con tres municipios: Linares de Riofrío, Navarredonda y San Miguel de Valero

Mojón de las Tres Rayas que da nombre al monte por tratarse de una zona lindante con tres municipios: Linares de Riofrío, Navarredonda y San Miguel de Valero

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: panorámica desde la cumbre

Si atravesáramos la alambrada hacia el sur para entrar en terrenos de San Miguel, podríamos contemplar, tras andar un breve trecho, una espléndida vista del Castillo Viejo de Valero, que parece cobijar a Cortina Alta, gran vigilante del camino hacia la chorrera de Jigareo. Más en lontananza, al sureste, las omnipresentes cumbres de la sierra de Béjar. En tanto que al suroeste, próximos a nosotros, la cabecera del valle labrado por el río Quilamas. Y más a distancia, la estilizada imagen de la Peña de Francia, gran cumbre de este parque natural de las Batuecas-Sierra de Francia.

Panorámica desde la cumbre del Pico de las Tres Rayas, mirando al sur. Destaca el Csstillo Viejo de Valero y, más en lontananza, la Peña de Francia, entre otros montes.

Panorámica desde la cumbre del Pico de las Tres Rayas, mirando al sur. Destaca el Csstillo Viejo de Valero y, más en lontananza, la Peña de Francia, entre otros montes (10-09-2022).

 

Los buitres leonados, numerosos, los buitres negros, unas 45 parejas, y hasta algún ejemplar de águila real de las tres parejas censadas en las Quilamas (censos de la Sociedad Española de Ornitología del 2006 y 2008), son los verdaderos dueños de este pedazo de cielo serrano.

 

Panorámica desde la cumbre del Pico de las Tres Rayas: mirando al sureste

Panorámica desde la cumbre del Pico de las Tres Rayas: mirando al sureste

 

Tras gozar con la panorámica que nos ofrece la vertiente meridional de la cumbre del Mojón del Marrano, retrocederemos para volver a sobrepasar la alambrada y llegar a terrenos de Navarredonda. Donde nos espera otra singular vista. Observémosla.

De frente, al norte, la inmensidad del Campo Charro. A nuestra izquierda, al oeste, la montaña más alta de la Sierra de las Quilamas: el Pico Cervero (1465 metros). Al noreste, tierras de Linares de Riofrío, con sus vecinas cumbres: la Sierra Chica y la Perdiguera.

 

Vista del pico Cervero desde la cumbre del pico de las Tres Rayas, con el campo charro, a la derecha, al norte.

Vista del pico Cervero desde la cumbre del pico de las Tres Rayas, con el campo charro, a la derecha, al norte.

 

Si la panorámica desde la vertiente meridional del Pico de las Tres Rayas está dominada por cumbres montañosas, la que ahora nos ocupa, la septentrional, se deja gobernar por la vasta llanura del Campo Charro. Que en días claros sólo es interrumpida por la lejana y vertical silueta de las torres de la catedral de Salamanca.

Ascensión al Pico de las Tres Rayas: saludables impresiones

Me resulta complejo describir las sensaciones, el bienestar y el placer que obtengo cuando visito parajes como éste. Por momentos, tengo la impresión de fundirme con el entorno, de ser un integrante más del mismo, mi mente parece emular el planeo majestuoso del buitre negro, que asciende sin esfuerzo, dejándose llevar por las corrientes térmicas de remonte. La felicidad deja de ser esquiva, abrazándome con su cálido aliento.

En la cumbre del Pico de las Tres Rayas es uno de los lugares donde más disfruto, tanto de día como en los momentos previos al crepúsculo. Se respira un aire de espiritualidad y cierto misticismo. Veámoslo en este vídeo.

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Si queremos volver a disfrutar de una excepcional panorámica, sólo tenemos que transitar de cumbre a cumbre: de la del Pico de las Tres Rayas o del Mojón del Marrano (1383 m.) a la del Pico Cervero (1465 metros). Para ello descenderemos, atravesando un joven melojar, a fin de acceder al Campo Escurial y ascender, luego, hasta la cumbre del Pico Cervero, antiguo territorio del oso ibérico. Desde esta última cima veremos más nítidamente la transición de la llanura a la montaña y volveremos a fundirnos con la Naturaleza. ¡Cómo no! Pero esto lo dejaremos para un próximo artículo.

                                                                   Dr. Félix Martín Santos

 

 

3 Comentarios

  1. Félix qué bien conoces la ruta, cómo disfrutas de toda la riqueza que generosamente nos aporta la naturaleza, cómo nos ayuda a adentrarnos en sus bosques de robles y castaños, a apreciar sus zarzamoras, a contemplar sus orobanches con sus bellas inflorescencias, a valorar el ingenio, el esfuerzo, la habilidad, el trabajo de los habitantes de Linares de Riofrío en su aprovechamiento de las canteras de caliza con todo lo que ello conlleva. Muy curiosa figura del encañador y lo de la utilización de la cal morena en la construcción de la Plza Mayor de Salamanca. Félix gracias por ofrecernos una colección preciosa de fotografías. Comparto el misticismo que te produce la contemplación de este maravilloso entorno.

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      • !Que placer poder visitar con regularidad un lugar como este: reserva de la biosfera y de especial protección de las aves!
        -Me vienen recuerdos del colegio, cuando nos explicaban el proceso de la piedra caliza (carbonato cálcico) para transformarse en cal viva (óxido de calcio).
        -El necesario homenaje de aquella gente, que trabajaron tan duro y sin medios, para lograr abastecer aquellos grandes hornos, de a 11.500 Kgs, sin permitirse la más mínima relajacion o descanso, pues se les apagaban los hornos.
        –Esta detallada descripción, pienso que nos ayuda a mentalizarnos, para cuidar más la naturaleza, pues como bien dices, volverá el lince, cuando se recupere el conejo y aumente el número de perdices.
        ‘Todo está perfectamente relacionado en la naturaleza’.
        Ojalá que ese gran cataño de la fotografía, lo vean los hijos de nuestros nietos.
        !Gracias!
        Saludos

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